domingo, 13 de septiembre de 2015

Zalduendo economía



PREFACIO

I. Comentario General
1. El terreno. El trato cotidiano con hechos y problemas que por rutina ubicarnos en el campo de lo económico nos induce, incautamente, a pensar que el estudio de la ciencia económica es simple. Sin embargo a poco que penetremos en su terreno veremos que éste no es ni firme ni llano. Su conocimiento cabal está colmado de sutilezas y de matices; el panorama resulta más complicado que el esperado. Pero no es menos cierto que la dedicación, el tiempo y la experiencia permitirán que se llegue a comprender la estructura de la teoría económica así como la relación existente entre las partes de la misma. El camino a andar es un desafío a la voluntad del estudiante y explica el por qué de la atracción que ejerce la economía como campo de actividad científica y profesional.
La economía como ciencia presenta características y admite posibilidades tan diversas que permite, por igual, que se acerquen estudiantes que prefieren investigar hechos del presente junto con otros que optan por su mayor nivel de abstracción, o que desean combinar ambas diferencias en la búsqueda e interpretación de los hechos históricos. Además, el estudio de la economía prepara adecuadamente para razonar procurando que las decisiones sean más sabias, prudentes y coherentes. También facilita el conocimiento de los instrumentos de política económica lo cual es un atractivo adicional para otros muchos ya que, sin duda, la posibilidad de identificar objetivos y problemas económicos tiene su encanto.
El campo de la realidad económica está sembrado de escasez y se trata de atenuar esos problemas. La teoría económica procura entender ese mundo complicado; ella es como un árbol que se nutre con elementos tomados del suelo: se desarrolla con frescura y lozanía en los buenos tiempos y cuando ha arraigado lo suficiente puede soportar las tormentas. Así transcurre la actividad científica cuando está viva. Un economista ha dicho que la economía es también un arte: el de la controversia; su capacidad de provocar polémicas es muestra de fortaleza y los economistas encuentran en el debate el alimento de su esperanza de contribuir a un mundo mejor bregando por la eficiencia en la producción y por la equidad en la distribución.
Cada momento histórico aporta el tema de la polémica. Ante él el economista revisa los conocimientos e instrumentos que cosechó en sus años de estudio con la plena seguridad que encontrará algunos que le permitirán no partir desorientado.

2. La enseñanza. Es una tradición aceptada y pacíficamente mantenida en las universidades donde se enseña economía,que los planes para su estudio deben incluir una materia (o dos cuando se la parte) donde se recopile el conocimiento relevante y no controvertido alcanzado hasta el momento. Ese saber es considerado como patrimonio común de la disciplina y se presenta en forma simplificada. También así ocurre en otras disciplinas científicas y artes. A este nivel introductorio le siguen, luego, los cursos intermedio y superior. La enseñanza de la economía resulta así similar al reconocimiento de un terreno con mapas y planos de distintas escalas: podría verse el universo desde un satélite, fuego nos acercaríamos hasta un país, una región, una ciudad, un barrio, hasta una casa. Cada nivel presenta sus propias dificultades en cuanto al logro y la cantidad de información que podrá registrarse en el mapa o en el plano; pero la escala nos informará en forma rápida lo que podemos esperar. En el caso de la enseñanza de la economía cada nivel acepta su propia modalidad de presentación de los temas (a veces incluso de los mismos temas) y su grado de complejidad diferente.
Ello es así desde que comienza la etapa de la economía moderna. Se sucedieron durante el siglo XIX varios textos introductorios de economistas destacados: David Ricardo (primera edición en 1817), Thomas Malthus (1820). John Mill (1821) y su hijo John S. Mill (1848), H. Sidgwick (1883), Alfred Marshall (1890) y Vilfredo Pareto (1896). Las distintas ediciones de los "Principies" de Marshall (la 8a. y última edición es de 1920 y a ella han seguido más de 20 reimpresiones) dominaron el mercado hasta la terminación de la lIa. Guerra Mundial ya que antes de ella apenas podrían mencionarse pocos nuevos títulos de esta clase (H.M. Scott en 1931, Frederic Benham en 1938).
En cambio luego de la Guerra los buenos textos introductorios se han multiplicado a partir del libro de Paul Samuelson (11 ediciones en inglés luego de la primera en 1948 y casi una decena de traducciones). Baste citar como ejemplos los de Alfred Stonier - Douglas Hague (5 ediciones: 1a. en 1953 y última en 1980), Richard Lipsey (5 ediciones: 1a. en 1963, más de 15 reediciones, varias traducciones), Lloyd Reynolds (1963), Rober­to Heilbroner-Lester Thurow (1968), Ronald Wykstra (1971), Richard Eckhaus (1972), B. J. McCormick - P. Kitchin y otros (1974), Paul y Ronald Wonnacoií (1979), Edwin Mansfield (1980), etc.
La mera comparación de estos manuales brinda una interesante perspectiva acerca del desarrollo de la economía como ciencia. Los cambios se aprecian tanto en el contenido como en la organización de los ternas sobre todo a partir de la década de los


años 1950, notándose las mayores diferencias cuando el texto es de origen británico en la cantidad de material teórico. La frontera del conocimiento económico se refleja en el contenido de los artículos de las revistas académicas que se incorporan con mayor o menor celeridad cuando se convierten en progresos decantados a los textos de introducción (recuérdese que la teoría keynesiana demoró nada menos de 12 años). La dificultad que está presentando caracteres alarmantes es la extensión de estos textos ya que, por ejemplo, las últimas ediciones de Samuelson o de Lipsey se acercan ya a las 900 páginas de un formato mayor, sobre todo en razón de que los textos están orientados a diversos públicos y necesidades curriculares. Se ha generalizado más recientemente la incorporación de diagramas, glosarios, biografías, lecturas y problemas especiales, etc. Asimismo, sobre todo en los últimos veinte años, debe destacarse la preocupación de autores y de editores por facilitar la tarea docente y el aprendizaje de los alumnos a través de la edición de guías para el profesor, cuadernos de ejercicios y de problemas, antologías de lecturas, etc. Las más recientes innovaciones son los textos con transparencias o los textos editados para acompañar la enseñanza por televisión (como en el caso de la RAÍ de Italia). Por otra parte la calidad del diseño artístico y de la diagramación gráfica presenta atractivos adicionales y, a mi juicio, ha alcanzado un grado de excelencia.
Lamentablemente no se nota el mismo progreso en la calidad de las traducciones; son frecuentes los errores graves en el uso de conceptos técnicos así como en la interpretación de algunas frases donde los autores aparecen traicionados respecto a los textos originales.
3. Los tomos de esta serie. Cada uno de los volúmenes que integrarán esta serie responderá a los temas que, en general, están incorporados en casi todos los textos introductorios de economía editados en la última década. Es decir tratarán los elementos básicos de la disciplina así como su ubicación en el campo científico, la historia sucinta de su desarrollo, las grandes ramas de la teoría propiamente dicha y, finalmente, los problemas económicos relevantes de la realidad procurando unir los cabos de la teoría con los de la política económica.
Nuestro propósito actual es presentar gradualmente las distintas partes mencionadas pero el grado de adelanto en su preparación no ha sido parejo. El conjunto es fruto de notas preparadas para el dictado de clases elaboradas durante muchos años, pero es obvio que el estilo y los comentarios adicionales válidos para una clase estarían fuera de lugar en un libro. En prensa se encuentran las dos partes que siempre ocasionan dificultades en la enseñanza y en el aprendizaje en razón de la organización del material y de su dispersión. Nos referimos a los elementos básicos (ubicación de la ciencia económica, evolución de su definición, la referencia a los métodos, la delimitación de los problemas económicos, etc.): éstos temas se editan en "Economía: ciencia y realidad" en tanto que el desarrollo del pensamiento económico nace como "Breve historia del desarrollo del pensamiento económico". Luego seguirán, los tomos sobre las dos ramas principales de la teoría económica (micro y macroeconomía) ya escritos pero que requieren una hueva revisión y, por último, se concluirá con él referente a problemas y política económica orientados a presentar como funciona nuestra economía argentina y destacar el marco institucional en el cual funciona.
4. Comentarios, para los estudiantes. La enseñanza universitaria ofrece halagos diferentes según la materia que debe dictarse y la edad de los estudiantes pero, sin duda, a mi juicio, ningún curso es tan atractivo y reconfortante para un profesor como el de introducción a la economía. La experiencia recogida en ellos ya sea a través de cambios en la estructura del curso, la selección de los temas así como la necesidad de explicar (y a veces reiterar) o el enfrentara grupos que año por año difieren en su afán de estudio, su inteligencia, su interés o su apatía, su simpatía humana, me alienta a presentar a los estudiantes lectores que no conozco pero que seguramente no son tan diferentes a los que he encontrado en las aulas, algunas sugerencias para facilitarles el estudio de la economía.
En primer lugar quede claro que esta serie se preocupa fundamentalmente de temas teóricos. La enseñanza de la teoría no es caprichosa. Se justifica porque con ella se aprende a identificar y a analizar luego los problemas de la realidad. Es cierto que es abstracta pero es una gema preciosa para adquirir una razonable capacidad de observación y de critica. Inicial mente es necesario recoger elementos metodológicos, conceptos, y conocer cuáles son los instrumentos disponibles en la disciplina. Más aún es muy importante comprender que si hay algo por lo cual se justifica la existencia de la Universidad es por ser la única institución social donde se crea y se enseña la teoría y los fundamentos de las distintas disciplinas. El conocimiento científico será la mejor de las defensas en la vida profesional; el conocimiento práctico se puede adquirir con solamente el paso del  tiempo y un mínimo de inteligencia. No siendo así la enseñanza universitaria dejaría de ser tal para convertirse en algo intrascendente, incluso sería una pérdida de tiempo y de esfuerzos lo cual supongo no es lo que los estudiantes persiguen a los 20 años.
Por lo tanto no se espere en esta materia, sobre todo en su comienzo, encontrar una colección de problemas y la receta para resolverlos. En economía no existen recetas aplicables a cualquier circunstancia; pero este hecho que puede preocuparlos constituye un atractivo adicional: siempre hay que pensar y el ingenio logra su lugar.
La materia de Introducción a la Economía (ó el curso de Principios de Economía como también se denomina) puede por momentos resultar árida. Presenta la dificultad propia de que se desconoce al comenzar el lenguaje técnico, se tiene una idea confusa o apenas esquemática de su contenido: los ladrillos parece que corresponden a edificios distintos. Ello es normal y también ocurre cuando se comienza a estudiar derecho, filosofía, sociología y otras artes o disciplinas. Por lo tanto no debe ser un motivo de desaliento o de preocupación.
Es conveniente estudiar economía adoptando un libro como básico. El libro elegido debe ser "trabajado": es decir no solamente leído, sino leído con la suficiente atención (no frente a la TV) como para subrayar definiciones o lo sustantivo que se encuentre.
El estudiante debería pensar, sobre todo ahora que se encuentra en las puertas de una carrera, en definir la modalidad que utilizará para señalar sus textos: por ejemplo adoptando subrayados diferentes, símbolos o signos marginales, colores, etc. No hay ningún sistema adaptable a todas las personalidades y costumbres, pero si creo que es muy conveniente que cada uno piense en decidir uno que le resulte práctico y en el cual pueda luego persistir en toda su vida.
Si alguna explicación le resulta oscura, búsquela en otro libro y traslade 16 mejor y necesario a su propio libro. Para esta tarea los índices temáticos son muy útiles. Cuando se encuentre con diagramas (y en el desarrollo de la teoría económica se encontrará con uno a cada paso) reprodúzcalos en un papel y preste atención a las variables que registrará en cada eje así como a las unidades de las mismas, procure comprender el por qué de la posición de tas distintas curvas o rectas que incluye en el diagrama, interprete los puntos importantes que generalmente suelen ser las intersecciones con los ejes o de las curvas entre sí; preste atención a los puntos de tangencia; interprete las zonas qué quedan encerradas por las curvas y los ejes; cambie las posiciones de las curvas e intérprete la nueva situación. Si se convence desde ya, su estudio le resultará más atractivo y lo apreciará en los exámenes.

No olvide tener presente que la elegancia es una de tas características de la teoría económica y que los razonamientos lógicos parten de supuestos y condiciones: por ello no olvide precisar cuáles son los supuestos que restringen su razonamiento en cada teoría o rama de ella, o en cada nuevo problema; tenga presente en las explicaciones cuando algún supuesto se levanta o se abandona para comparar las diferencias entre las dos circunstancias (antes y después).
Al terminar cada capítulo, piense en lo que estudió, cuánto aprendió o en cuánto ordenó sus conocimientos previos. Haga un esquema de los puntos principales y piense de qué modo puede unirlos en un argumento. Reconozca donde se encuentran sus dudas: vuelva atrás y si no puede resolverlas consulte con sus compañeros o con su profesor.
Ragnar Frisch, premio Nobel de Economía 1969, cuenta que comenzó a estudiar economía a fines de la década de los años 1910 porque analizando el catálogo de los cursos que ofrecía ia Universidad de Oslo, coincidieron con su madre en que eran los "más breves y fáciles". Sigue diciendo Frisch que ahora es una disciplina más complicada y exigente en materia de tiempo y que algunos creen que él ha contribuido a ello.. La comunidad de economistas se vería gratificada si Ud. pudiera mañana repetir algo semejante.
5. Comentario para el profesor. Incorporar un nuevo texto a los tantos buenos ya existentes puede parecer presuntuoso ya que es sin duda una pesada responsabilidad. Las primeras partes de esta serie corresponden a temas que como todos saben se encuentran frecuentemente dispersos, en algunos casos, y en otros, no se encuentran suficientemente explícitos. Esto ocurre con la parte metodológica o con lo sustancia de un sistema económico, con la ubicación de la economía entre las ciencias, la variedad de las definiciones de economía o cómo ocurre con el tema del pensamiento económico que en los textos se trata en pocas, páginas.
En cuanto a cual es la mejor secuencia para comenzar a enseñar la teoría el problema es controvertido y creo que cualquier camino es bueno si al final se logra él objetivo docente. Como es sabido algunos colegas se inclinan "por alentar a los alumnos ofreciendo, en primer lugar, los elementos de macroeconomía para pasar luego a "digerir la amarga píldora de la microeconomía". Otros (entre los cuales me encuentro) preferimos comenzar por la teoría, microeconómica en razón de que los conceptos técnicos elementales (como demanda, oferta, firma, mercado, ingreso, costo, etc.) aparecen más claramente explicados y definidos en las teorías que integran la microéconomía. Hemos probado ambos comienzos y si bien reconozco que el segundo es más lento al principio estimo que el resultado es más acabado. No debe olvidarse que la microéconomía es el taller de la disciplina: allí sé encuentran los conceptos y el uso de diagramas es abundante
Estimo que es conveniente hacer reflexionar a los alumnos sobre cómo se construye el edificio de la teoría económica y cómo los cimientos principales son los diversos tipos de supuestos que se establecen sobre el comportamiento de los consumidores y de los empresarios, sobre el mundo físico y finito que lleva al tema dé la escasez y la formación de los precios y, finalmente, sobre los supuestos de carácter Social e institucional que conducen al papel de la firma, al Estado, a los tipos dé mercado, a los distintos sistemas económicos y a las relaciones económicas entre ellos. Otra línea de reflexión se orienta a reconocer hechos como variables, a agruparlas para conformar con ellas hipótesis (o modelos) y a reconocer las ventajas de las abstracciones teóricas y a cómo la simplicidad no invalida la realidad pero que tampoco debe suplantarla o desconocerla.
II. Comentarlo particular                        
Los programas universitarios de los cursos iniciales de Economía incluyen, generalmente, el tema de las grandes corrientes de la historia del pensamiento económico. Ello es así pues se supone que más tarde los alumnos de la carrera de Economía profundizarán los mismos temas en una materia especifica, con la que frecuentemente coronan los estudios de la etapa de licenciatura.                                                     
Sin embargo muchos años de enseñanza en esos cursos  introductorios y referencias de algunos colegas me han alentado a cubrir necesidades docentes con este breve volumen. En primer lugar pienso en la necesidad de los alumnos de carreras afines (Administración de Empresas, Contador Público, Sociología, Derecho y Ciencias Políticas) que no enfrentarán seguramente y luego del mencionado curso introductorio de economía, una materia específica sobre la historia del pensamiento económico, en esos casos es obvio que las escasas páginas que a veces encuentran en los manuales más aceptados no son suficientes.
En segundo lugar estimo conveniente que los alumnos de la carrera de Economía se familiaricen desde el comienzo de sus estudios con los autores y sus aportes a la teoría, así como con  las corrientes doctrinarias y teóricas que han tenido más importancia en distintos momentos históricos. Creo que quiénes comenzaron y desarrollaron nuestras doctrinas y teorías merecen más reconocimiento que el acordado en los textos introductorios.




La clasificación adoptada para las etapas es convencional y las diferencias con otras radican en que se adelante el comienzo del momento clásico {Phyllis Deane) o se postergue el de los neoclásicos {Emile James). Otra clasificación que puede defenderse razonablemente es la que distingue una etapa precientífica (hasta 1776) de otra posterior etapa científica {Incluyendo en ella las distintas corrientes, escuelas y doctrinas). Creo que es más importante considerar la solución utilizada por Paul Samuelson de distinguir una "corriente principal" y "corrientes críticas" más o menos alejadas de aquella. Según Samuelson la corriente principal "prevalece en los Estados Unidos, Escandinavia, Reino Unido y Holanda; y a ella tienden en forma creciente Japón, Francia, Alemania Federal, Italia y la mayor parte del mundo occidental". Además es importante conocer los puntos de divergencia de las corrientes críticas y el aporte a la consideración de los objetivos de política económica de la doctrina social cristiana, que presentamos en otro capítulo.
Ésta es, por tales razones, una obra breve, de síntesis más que de análisis. En consecuencia muchas cuestiones y polémicas que felizmente no han faltado en el desarrollo de nuestra disciplina han debido quedar fuera del texto.
Agradezco los comentarios y sugerencias que me formuló Javier Víllanueva, pero los errores que seguramente restan son culpa del autor.
Olivos, diciembre de 1980.

E.A.Z.



























INTRODUCCIÓN
En la historia de las ciencias, en general, se puede apreciar que las observaciones empíricas y los avances en áreas o temas limitados preceden al desarrollo ordenado y metódico propio de cada disciplina. Sólo en determinado momento, en razón de la acumulación de conocimientos, se siente la necesidad de clasificación y comienza la tarea de sistematización. Frecuentemente estos "momentos" están acompañados por enconadas polémicas metodológicas y de lucha con ciencias vecinas para precisar el objeto y los límites del campo propio de la nueva ciencia que busca su independencia. Como dice Emile James (1) "los magos y los curanderos han existido antes que los médicos y la misma medicina se ha desarrollado antes que la biología; también la alquimia ha precedido a la química.          
La ciencia económica no ha escapado a estos lineamientos generales. En su desarrollo inicial su preocupación se limitó a problemas tales como la economía doméstica, cuestiones cambiarías, la justificación del interés, la propiedad, el valor y las riquezas, etc. Es necesario llegar hasta la segunda mitad del siglo XVIII para encontrarnos con el primer intento exitoso de sistematización, realizado por Adam Smith..
El desarrollo del pensamiento y del análisis económicos, sin duda pueden dividirse en etapas que lucen justificables en razón de la variedad de criterios que pueden elegirse para esas presentaciones. Los esquemas que siguen muestran algunos ejemplos. De todos modos contamos con varias fechas que son verdaderos hitos y que, para prestigio de la disciplina, no coinciden con fechas de nacimiento o defunciones sino con las de primeras ediciones de libros y manuales que trascendieron la vida de sus autores, lncluso se podría señalar que textos muy difundidos de historia del pensamiento económico no presentan denominaciones


Emile James: Historia del Pensamiento Económico (Ed. Aguiler, Madrid, 1974; primera' edición francesa, 1959), pág. 17.



de las distintas etapas (por ejemplo Schumpeter). Las fechas que conviene recordar son las siguientes:
1776: edición del libro de Adam Smith sobróla ". . .Wealth of  Natlons"  (2);
1848: John S. Mili edita sus "Principies-of Poütical Economy" que será el texto más importante durante ia segunda mitad del sigio XIX;
1890: Aifred Marshall publica sus "Principies of Economics" que suplanta como texto ei libro anterior;
1936: Aparece la primera edición de la "Teoría General. . .", (3) que inducirá un fuerte desarrollo de los aspectos macroeconómicos, y
1948: Aparece la primera edición del manual de teoría económica que más se ha difundido hasta la actualidad, no sólo por la cantidad de ejemplares impresos (más de 2 millones), sino además, por la cantidad de idiomas a que ha sido traducido: se trata del libro de Paul A. Samuelson (Premio Nobel 1970).
Otro rasgo general que vale tener presente es que fa teoría económica se ha desarrollado dentro de un marco muy amplio. En él caben muchas coincidencias pero también admite una gran variedad de polémicas y divergencias de carácter científico. Este marco amplio ha sido bautizado precisamente por Samueison como "corriente principal" del pensamiento económico y cuyo remoto origen podríamos rastrear —con referencia a algunos temas— muy atrás en la historia; sin embargo, frecuentemente nos limitamos a comenzar desde mediados del siglo XVIII. Además, paralelamente a la corriente principal, se desarrolla otra importante corriente crítica, de muy diversos signos, cuyas discrepancias surgen por problemas doctrinarios o aspectos metodológicos que han sido (o han querido ser) debatidos más allá del campo propio de la economía como ciencia.
Tenemos así, como ejemplos de división en períodos: • I. Joseph A. Schumpeter .-"Historia del Pensamiento Económico"(1959)(3):
_*1790----------------r1870--------------* 1914 ----------» Keynes
Primera situación             Los marginaos tas
clásica
121 Para 1800 ya se hablan editado 9 liradas en 4 países (Inglaterra, irlanda, Suiza y Estados Unidos); a fines de 1900 habla sido traducido a 7 idiomas. El titulo completo es "An tnquiry Into tile Nature and Causes of the Wealth of Nations". <3) Cabe tener presente que le monumental obra de J.A. Schumpeter quedó inconclusa y que, además, gran parte de ella fue escrita en tre 1939 y 1949. Su autor talleció en 1950 .





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Capítulo I
Los precursores (hasta 1776)


1 - Periodo de la Antigüedad Clásica
Los comentarios sobre economía de los filósofos griegos deben evaluarse en la actualidad, teniendo presente los términos de la famosa polémica sobre el carácter y desarrollo de las instituciones económicas básicas.
La controversia mencionada se suscita a partir de 1860: K. Rodbertus en su estudio sobre "La vida económica en la antigüedad clásica" (publicado entre 1864 y 1867) compara los sistemas impositivos antiguos y modernos, concluyendo que la multiplicidad de impuestos es propia de una sociedad en la cual se han diferenciado también las clases sociales y ha transitado de una economía natural basada en el trueque a una economía monetaria. Para Rodbertus en el centro del escenario se encontraba la "oikós" (hacienda), una construcción lógica al frente de la cual se encontraba un "señor" propietario de todas las cosas; la tierra, los ingresos y los trabajadores (esclavos). En tal caso se explica la existencia de un solo impuesto (el "tributum°).
El planteo de Rodbertus generó la polémica entre dos posiciones. La primera, conocida como "primitivista", fue sostenida por K. Bücher. En este caso la vida económica antigua podía entenderse mejor si se apreciaba desde una perspectiva moderna comprendiendo que entonces no había una escala superior a la ciudad-estado. En efecto hasta 1000 dJC. la economía se desarrolló  —siempre según  los  primitivistas—  como  sistema doméstico cerrado donde la producción estaba destinada a cubrir necesidades limitadas sin presuponer intercambios entre las unidades. Así transcurre, según Rodbertus, la actividad económica inicial de griegos, cartagineses y romanos. " La refutación de los "modernizantes" encabezados por el historiador alemán E. Meyer, señaló en 1895, en cambio, que el mundo antiguo poseía una vida económica enlazada con un sistema de transporte desarrollado y con un intercambio intenso de productos. Meyer señala que desde por lo menos 2500 aJC existen documentos que se refieren a transacciones comerciales de esclavos, tierras y edificios, a herencias y a sistemas rudimentarios de registraciones contables. En ese medio el comercio y el uso del oro y la plata como dinero tuvieron una importancia fun­damentaren la Antigüedad.
Más tarde M. Weber y M. Rostovzeff reorientaron la discusión poniendo énfasis en otros aspectos ya que la evidencia empírica desarmaba la posición primitivista. Así para M. Weber la diferencia esencial entre el mundo greco-romano y el mundo europeo medieval fue la orientación general y su organización. La diferencia se encontraba en el marco social básico: la democracia ciudadana griega era un gremio político donde los tributos, los botines de la guerra y los pagos de las ciudades confederadas se distribuían entre los ciudadanos. Las ciudades pagaban con los ingresos de su actividad política y guerrera, las funciones de teatro, Ias asignación es de trigo, los servicios jurídicos y los servicios de los ritos religiosos. A su vez. Rostovzeff entiende que la diferencia entre la vida económica de este período y la del mundo moderno es solamente cuantitativa..
Actualmente se ha propuesto una interpretación muy diferen­te. K. Polanyi y otros autores en el libro "Trade and Free Market in the Early Empires'" (1957) ponen énfasis en que el modelo de la Antigüedad está basado en instituciones diferentes de fas nuestras, donde la "oikós" es interpretada como el germen del mercado y de intercambios comerciales que buscan un lugar en la cultura griega. Ahora se estima que tanto África como la Grecia de los siglos VI y V aJC aparecen como la cuna de los mercados creadores del precio; luego (siglo IV aJC) se inician las prácticas mercantiles que se conocerían como competencia en el mercado. Esta es precisamente la época en que escribe Aristóteles.      
Los autores mencionados estiman que la institución del mercado fue la piedra angular dé una economía y de un estilo de organización que ha modelado nuestra interpretación de todas las formas anteriores. En tal interpretación el mercado se convierte en un obstáculo para comprender otras formas de organización económica y en especial fas del mundo antiguo. Luego estudian otros ejemplos: el puerto de comercio considerado como precursor del comercio exterior, las "equivalencias" como antecedentes de los precios, los excedentes, el concepto de escasez, etc. Es decir que sólo alejándose del concepto actual de mercado es posible ver claramente el funcionamiento económico del mundo antiguo y, al mismo tiempo, revalorar los trabajos aristotélicos como testigo de un mundo en transición.
Jenofonte (440-355 aJC), discípulo de Sócrates, presentó en su "Oeconomicus" normas para la administración de un patrimonio privado y en su "Poroi" normas para el caso de una hacienda pública. También escribió "Sobre los medios de mejorar los ingresos de Atenas" donde analizó los recursos, naturales del Ática, la conveniencia de atraer a extranjeros que pagaran impuestos sin recibir pensiones de la ciudad, las ventajas de privilegiar a los mercaderes ya que la ciudad se beneficiaba con su comercio y la explotación de las minas de plata de la región, así como la conveniencia de sostener la paz.
La invención de la moneda metálica data del siglo Vil aJC y las referencias más antiguas señalan su acuñación en Sardes, capital del reino de Lidia; además las más antiguas monedas que se conservan fueron acuñadas durante el reinado de Creso de Lidia en el siglo VI aJC. A partir de entonces su difusión fue rápida y se conservan ejemplares de diversas ciudades griegas y de otros reinos del Asia Menor.
En Atenas, enriquecida y centro del desarrollo del comercio internacional surge un nuevo espíritu comercial. En este ambiente en evolución se desenvuelven dos filósofos que se ocuparon de estos temas: Platón (427-347 aJC) y Aristóteles (384-322 aJC). Para Platón el enriquecimiento personal esclaviza a los hombres en su aspecto moral y origina situaciones injustas. En "La República" y en sus "Diálogos" describe una ciudad ideal y como tal constituye el primer ensayo utópico. La sociedad platoniana (por algunos denominada "comunismo primitivo") se divide en una clase dirigente de aristócratas que debían vivir en comunidad, pero sin tener acceso a la propiedad para que pudieran mantener la necesaria austeridad;  en compensación se determinaba que las clases bajas (artesanos, comerciantes) debían asegurar su subsistencia. Platón señala que la especialización y la propiedad son las bases del progreso y que era necesario contar con lugares para realizar tos intercambios.. En obras posteriores ("Las leyes") propone un régimen más moderado: bastaba que las riquezas fueran redistribuidas periódicamente y que se establecieran algunas prohibiciones (gastos suntuarios, cobro de interés) para asegurar la austeridad.
El discípulo de Platón, Aristóteles, se destacó como pensador y escritor sobre temas de filosofía, lógica, ética, política, historia, etc., y siguió el mismo ideal platónico de aprecio por el orden y la austeridad. En "La Política" (Libro I) aporta algunas ideas de interés sobre temas económicos que siglos más tarde serían retomadas y ampliadas por los doctores escolásticos; lo mismo puede decirse de su "Etica a Nicómaco" (Libro V).
Podemos en este punto retomar las observaciones de Polanyi sobre el momento histórico de Aristóteles, en tanto testigo de algunas de las primeras características de ia incipiente actividad de mercado. En la filosofía de Aristóteles la fortuna premiaba la actividad de los hombres en tres formas diferentes: honor y prestigio, seguridad física y riquezas. Por la primera se lograban privilegios, reverencias, precedencia; por la segunda seguro contra enemigos, contra rebeliones, contra esclavos, contra la prepotencia de los fuertes, y el apoyo de la ley; la tercera era la propiedad lograda con tesoros o por herencia. Lo curioso es que en el pensamiento aristotélico, reflejo de la sociedad griega del momento,.él "agatha" o sea el premio de la vida, aquello más deseable y raro está implícito en el rango, la inmunidad y la riqueza. Es decir que la escasez (que hoy es la esencia de la economía) derivaba de una categoría extraéconómica; se justifica por la posición ocupada en la cima de una sociedad.
Otro concepto de referencia de la sociedad griega era el de la
autosuficiencia de la comunidad; ella estaba asegurada cuando era posible abastecerse con "lo necesario". La familia era la unidad más pequeña y la "polis" la más amplia, y en ambos casos lo necesario está determinado por las pautas austeras de la comunidad, necesariamente "restringidas" y, ligadas a las reservas que era posible almacenar. Nuevamente Polanyi marca otro rasgo diferencial respecto a una economía moderna: el carácter ilimitado de los deseos y necesidades humanos era un concepto desconocido por los griegos.
La comunidad griega estaba unida por vínculos de buena voluntad {"philia") expresados en una conducta de reciprocidad necesaria tanto en la "oikós" como en la "polis" y en una disposición de los ciudadanos para compartir las cargas y los deberes sociales. Además, la justicia reconoce que los miembros tienen rangos diferentes y aquello que asegure la continuidad de la comunidad es bueno. Asimismo se corrobora esta orientación con la idea de que el comercio es "natural" en tanto asegure la autosuficiencia y exista reciprocidad; en tal caso el precio justo deriva de la buena voluntad, de la reciprocidad. No hay así ganancias por los cambios dentro de la comunidad si bien parece aceptar el regateo de los forasteros o buhoneros extranjeros.)
Esos son los caracteres tradicionales de la sociedad griega que Aristóteles veía debilitarse. Puede agregarse la transformación del "agora": inicialmente fue lugar de reunión de los ciudadanos para actos políticos o sacros pero comienza a ser utilizado como mercado. Precisamente en esa época se distinguía la ciudad ("polis") del puerto de comercio. Este era un lugar neutro donde se podían efectuar las transacciones comerciales; su función principal era asegurar la neutralidad política, la continuidad de los abastecimientos y la protección al extranjero. Estas circunstancias explican la larga independencia de las ciudades griegas establecidas en el Asia Menor. Frecuentemente se distinguía entre la ciudad propiamente dicha ("uru"), el suburbio ("uru-bar-ra") y el puerto de comercio ("kar"): este último era el distrito extramuros destinado a las relaciones económicas con otras ciudades.
Finalmente debe tenerse presente que la transición que se estaba operando en el agora así como las características especiales del puerto, explican que la formación de los precios y el funcionamiento de los mercados no fueran aún comprendidos por el mundo griego clásico. En cambio la autosuficiencia sostenida en el intercambio fue la reciprocidad y la "equivalencia" y no el precio. Tan es así que en la "Etica a Nicómaco", en forma oscura Aristóteles se refiere al precio como la proporción que resulta en el punto en que se corten dos diagonales, cada una representando el rango de cada parte; los bienes y servicios producidos por personas de diferente rango o habilidad debían ser intercambiados según una "equivalencia" proporcional a tales diferencias. Reconocía que siempre una de tales partes se beneficiaba (la que solicitaba la transacción) pero en el largo plazo se produciría la situación inversa por la reciprocidad debida.    
Asimismo, Aristóteles distingue entre valor de uso y valor de cambio cuando dice en "La Política" (Libro I): "De todo aquello que poseemos existen dos usos: ambos pertenecen a las cosas como tales, pero no de la misma manera, porque uno es uso propio y el otro es impropio o secundario. Por ejemplo, un zapato es utilizado como tal o como objeto de cambio. Aquel que da un zapato por dinero, o a cambio de alimentos a quien así lo desea, usa el zapato como tal, pero esto no es lo propio como propósito primario, ya que un zapato no se hace para ser objeto de trueque o comercio".
Asimismo Aristóteles, en el caso de la propiedad, distingue el hecho como tal del uso que se haga de la misma, introduciendo así la diferencia entre elementos de hecho y elementos normativos o éticos. En síntesis destaquemos la posición aristotélica observando una sociedad en transición y la imposibilidad de aplicar a la misma categorías o instituciones económicas aún no consolidadas (precio, mercado, propiedad, escasez, etc.), pero sin embargo debe destacarse que sus reflexiones servirán de base a los escolásticos medievales.

2 - Roma
En el período romano ningún pensador aparece muy interesado en el análisis de los hechos económicos. Apenas pueden señalarse algunos párrafos de Columela en su "De res rustica" sobre temas agrícolas y sobre las ventajas de la esclavitud. En todo caso la obra destacada de los romanos se centra en el estudio de la "res publica" (Estado) y el enorme progreso del derecho. En el primer caso les preocupó su administración y la necesidad de la tributación para financiar obras públicas y los gastos de los ejércitos; en el segundo se destaca el esfuerzo por ordenar y precisar los derechos y obligaciones que surgen de las relaciones que se originan en operaciones económicas y que se concretan en contratos tales como compra-venta, garantía, mutuo, propiedad, etc. (Baste agregar que respecto del derecho de propiedad que lo consideraron como absoluto al asignarle las características de "jus utendi, abutendi et fruendi", es decir reconociendo el derecho del propietario a usar, abusar y gozar los frutos de su propiedad. El criterio romano respecto del derecho privado, por una parte, y la amplia libertad contractual completan el desarrollo jurídico. La diferencia entre el pensamiento romano y el aristotélico radica en que el segundo limitaba-, el derecho de propiedad" y el individualismo. El pensamiento aristotélico se convertirá, como dijimos, en la basé de la filosofía medieval y aún del derecho canónico, en tanto, que e| derecho romano .servirá de base a las_doctrinas y a muchas instituciones legales del capitalismo a partir del. siglo X1X.
Contemporáneamente, la difusión de las enseñanzas cristianas sobre la fraternidad y el amor con alcance universal era incompatible con la institución de la esclavitud, proclamándose por vez primera la dignidad de todos los tipos de tareas, fueran físicas o intelectuales. A partir de entonces el trabajo será una actividad digna y la esclavitud comenzó a ser discutida en su base moral.

3 - Feudalismo y escolástica medieval
El feudalismo es el régimen político-social y económico que caracteriza a la Europa romano-germánica. Abarca desde la época de la decadencia del Imperio Romano y las invasiones de los pueblos bárbaros (siglo V), se desarrolla mediante un largo proceso especialmente a partir del desmembramiento del Imperio Carolingio (siglo IX), alcanza su apogeo en los siglos X a Xlll y perdura con intensidad decreciente hasta fines del siglo XVIII.
Para F. Ganshof en su libro " El feudalismo"' sus características Principales son: el desarrollo de relaciones de dependencia de unos hombres respecto a otros ocupando la nobleza y los guerreros las posiciones superiores y los vasallos o siervos las posiciones inferiores; una fragmentación extremada del derecho de propiedad originando una jerarquía de derechos sobre la tierra; y  también una fragmentación del poder político. Especialmente así se caracterizó el régimen feudal durante los siglos X, XI y XII en los estados resultantes de la partición del Imperio Carolingio (especialmente en Francia, Alemania, Italia y, con rasgos diversos en Inglaterra, Bélgica, España y el Este Europeo).
También puede entenderse por feudalismo el conjunto de instituciones, generalmente de. tipo militar, que rigieron las obligaciones de obediencia y de servicio entre, un hombre libre  llamado "vasallo" y otro hombre libre reconocido como "señor" dentro de un territorio determinado o "feudo".
Señalamos que sus orígenes se ven claramente ya en la monarquía franca de los merovingios por la costumbre de repartir las tierras a la muerte del rey entre sus hijos; esto originó frecuentes luchas entre la aristocracia y dio lugar a una gran inseguridad. La necesidad común de defensa de vasallos y señores creó la "clientela" de cada uno de los nobles.'' Así los nobles de distintas jerarquías (hasta la mayor: el rey) conceden "beneficios" vitalicios a sus inferiores para precisar sus obligaciones. El beneficio reconocía derecho que cedía el señor al uso de la tierra en forma poco onerosa, ó aún gratuitamente creando la relación de vasallaje. En reciprocidad se esperaba que los vasallos pudieran mantenerse con esa explotación y contaran con un equipo completo de caballería; además destinarían, una parte del ingreso a la Iglesia (diezmo eclesiástico) y también a su señor.                                          
Se creó así una jerarquía de vasallos respecto de sus señores con distintos rangos y entre los nobles en tanto vasallos del rey (algunos con tierras, otros en los ejércitos y otros con actividad en palacio). El proceso para otorgar beneficios era formal: recomendación, juramento de fidelidad, gesto de las manos en señal de lealtad,
Los vasallos quedaban obligados a distintos servicios: apoyo militar, derecho a ser juzgado, días de trabajo. Estos derechos y las obligaciones fueron en un principio, periódicas o a lo sumo vitalicias; luego, poco a poco se extendieron pues los beneficios fueron transmisibles por herencia; más aún se aceptó la posibilidad de una multiplicidad de subordinación por vasallajes a distintos señores.
Durante el régimen feudal europeo surgen muchas ciudades. No obstante la economía rural continuó coexistiendo sin impedir el desarrolló de los burgos y ciudades. Como causas de la urbanización se mencionan el renacimiento comercial (primero en Italia y luego en los Países Bajos). (Las ciudades surgieron sobre las orillas de ríos y costas marítimas; sólo más tarde aparecen otras sobre los caminos a veces a partir de mercados, ferias periódicas, lugares fortificados en las fronteras, sitios de peregrinación, etc. En algunos casos crecían dentro de recintos amurallados (a veces alrededor del castillo del señor), pero luego se expandieron fuera de ellos.
La sociedad, se integraba, entonces, con distintos niveles de siervos y señores, con categorías o estamentos jerarquizados según la importancia de su "beneficio". Las ciudades italianas se declararon "libres" no reconociendo relación de vasallaje y se dedicaron a un activo comercio terrestre y marítimo. Por esta razón en ellas se originan y se difunden diversas instituciones y documentos comerciales tales como el seguro, el fideicomiso, se perfeccionan las letras de cambio, etc. Socialmente los hombres podían ser desiguales, pero la iglesia Católica actuaba como elemento unificador y como defensora de la dignidad y los derechos de. todos, sus fieles.
Con el tiempo los reyes, ubicados en la escala más elevada de la jerarquía feudal, gracias a la necesidad de recaudar impuestos establecieron una red de funcionarios, logrando, una mayor independencia de los señores feudales.
Paralelamente al sistema socio-político del feudalismo que condicionaba el desarrollo económico, se desenvuelve una importante especulación filosófica-teológica, que corre desde fines del siglo XI hasta muy avanzado el Rehacimiento, La enseñanza escolástica sé realizaba a través de maestros académicos y disputas o diálogos entré maestros y discípulos con la técnica del pro, el contra  la solución final y la respuesta a las objeciones ese es el estilo dé las "summas". Según los periodos algunos autores distinguen la preescolestica (siglos VIl a XI), y las escolásticas temprana (siglo XII-XllI. tardía (siglos XIV y XV), barroca (XVI), y basta neoescoiástica (XIX)
(Para los escolásticos aún  la economía no era una disciplina independiente sino una rama de la filosofía moral (incluso así la enseñaron Adám Smith en Edimburgo y A. Genovesi en la Universidad de Ñapóles, ambos en el siglo XVIlI) .
La mentalidad medieval aún no se preguntaba cómo funcionaba un sistema económico sino si las operaciones en si (individuales) eran lícitas o ilícitas, justas o injustas. Es decir el planteo escolástico se encontraba en el área de la doctrina económica. La doctrina económica debía determinar las reglas de la justicia que debían aplicarse en el intercambio de bienes y de servicios (justicia conmutativa) y en la distribución de los ingresos y de la riqueza (justicia distributiva). Recordemos que ambos tipos de justicia se originaron en Aristóteles.
La "Summá Teológica" de Santo Tomás de Aquino (1225-1274) es  sin duda la más acabada expresión del ideal escolástico. Específicamente por ejemplo, el tema de /a justicia comprende más de 20 cuestiones ordenadas así:
           
Tratado de  la Justicia   
(ll-ll.q.57a      78)
1. De la justicia en general la justicia
2. De las partes de la justicia:
             a. En general: tipos de justicia y la restitución
             b. Vicios contra la justicia distributiva
             c. Vicios contra la justicia conmutativa
3.  Modos de.injusticia
                       
En materia económica los escolásticos se preocuparon principalmente, por estos ternas:
1- La propiedad privada: El tema fue polémico: para San Isidoro: de Sevilla la propiedad privada era propio del derecho de gentes; luego, para los primeros escolásticos aparece como algo adecuado para evitar conflictos y San Alberto Magno y su discípulo Santo Tomás la explicaron como de derecho natural; más tarde Vitoria (Siglo XVI) habla de una apropiación por derecho humano; por lo tanto el derecho no puede hacer de ella un derecho absoluto como lo hicieron los romanos. El propietario, en cambio, es un gerente que debe conservarla y tiene responsabilidades para con sus semejantes. La propiedad en común se entendía que era descuidada, con las cosas o con el cultivo del suelo, excepto cuando sé la practicaba en comunidades menores (monasterios, conventos, grupos cerrados, etc.), Santo Tomás distingue entre poder de adquisición (que confiere derechos al propietario) y poder de uso de la propiedad (que imprime obligaciones en Interés de la comunidad). Así al "jus utendi, abutendi et fruendi" se incorpora la expresión "potestas procurandi et dispensandi", concepto muy similar a la función social de la propiedad.
2. La división del trabajo era algo natural para los escolásticos pues la Providencia da a los hombres dones e inclinaciones diferentes. No obstante ellos creían que la actividad rural predisponía a la virtud y compartieron ciertos prejuicios de la Patrística contra el comercio, pero comenzaron a ver con más benevolencia la actividad de los importadores y de los industriales.                                   3. Reconocieron que la utilidad era una de las fuentes del valor. San Bernardino de Siena (1380-1444), siguiendo al franciscano Pedro 0livi, reconoce tres fuentes del valor: la escasez, ("raritas"); una fuente de carácter objetivo: la utilidad ("virtuositas"); y otra de carácter subjetivo: la deseabilidad ("complacibilitas").                      4. Para Santo Tomás el beneficio comercial resultado de ventas efectuadas a un precio superior al de compra se justifica porque el vendedor necesita adquirir medios para su subsistencia; si es una ganancia moderada es la remuneración dé su trabajo, o por las diferencias de precios en el espacio y en el tiempo, por los riesgos que corre el vendedor y por la utilidad adicional que se incorpora a la mercadería. Este beneficio comercial está ligado al justo precio.
En el derecho romano primaba la voluntad de las partes en la fijación del precio, pero los escolásticos agregaron la expresión "sed communiter" al transformar el precio en un fenómeno social podía determinarse por la comunidad, ya sea espontáneamente en el mercado (precio natural o vulgar) o autoritariamente por regulación pública (precio legal). En ausencia de esta regulación se supone que el precio de mercado es justo; sin embargo no hubo a lo largo del tiempo coincidencia plena entre diversas corrientes de la escolástica sobre este punto. En efecto, puede distinguirse tres corrientes. La primera o principal a su vez estaba representada por San Alberto Magno (1193-1280) (el precio justo es el vigente en el mercado en el momento de la venta).
Santo Tomás (para el cual el precio justo era la resultante de la "aestimatio communis" que no resulta una expresión precisa) y, finalmente, San Bernardíno de Siena (a la expresión "estimación común" agregaba que era incuestionable el derecho y aún la obligación de la autoridad de regularlos en emergencias). En todo caso para San Alberto Magno y para Santo Tomás era necesario tener en cuenta el costo de la producción para la fijación del precio. La segunda corriente estuvo representada por los "voluntaristas' (para quienes la libertad era el bien supremo); John Duns Scoto* (1265*1308), en un análisis más detallado, dice que el precio justo debe cubrir los costos, el beneficio normal y el riesgo. Finalmente la tercera corriente fue sostenida por los "nomlnalistas" (negaban la formación de ideas a partir de la experiencia) como Gerson (1363-1429) (la autoridad pública debía fijar todos los precios) y Henry de Langenstein (1325-1397) (que presentó una posición más práctica: el precio justo fijado por el productor debía ser suficiente para que pudiera sostenerse él  y su familia en la posición social que le correspondiera).                       5. Santo Tomás y los demás escolásticos contribuyeron a dignificar el trabajo propugnando un salario suficiente para asegurar al trabajador una vida digna y recurrió también a la estimación de la comunidad como pauta. Más preciso fue San Antonino de Florencia (1389-1459) quien insistía en diversas normas: pago puntual y suficiente para la manutención del trabajador y su familia, admitiendo diferencias salariales en razón de destrezas desiguales adquiridas con el entrenamiento.
6. La retribución del capital o sea el tema del interés y la usura preocupó intensamente a los escolásticos en razón de las condiciones en que estos préstamos, de dinero se efectuaban:  se trataba de calificar préstamos para consumo concedidos realmente por usureros. Las leyes de la Iglesia desde el IV Concilio Lateranense de 1179 condenaban la usura; en esto la tradición aristotélica coincidía con la escolástica. Debemos aclarar que por usura se entendía cualquier suplemento que se agregara al capital en los prestarnos de dinero (mutuo) y de otros bienes de consumo. Por eso los banqueros se dedicaban al cambio extranjero y a la compra de letras argumentando que no eran préstamos en dinero para evadir el problema.                                                
Más adelante la doctrina llegó a admitir algunas compensaciones que se conocieron como "títulos extrínsecos" ya sea por  pagos tardíos ("poena conventionalis"), por daño emergente. ("dammun emergens"), por lucro cesante ("lucrum cessans")  (concepto que se asemeja al de costo de oportunidad y había sido rechazado por Santo tomas), etc.                                      
Un párrafo aparte merecen los aportes de Nicolás de Oresmé:(1323-1382), obispo de Lisieux. Escribió en 1360 un tratado sobre la moneda ("De Moneta") sosteniendo el principio del monopolio de acuñación a favor del Príncipe y condenó las ligas adulteradas para propósitos impropios pero le concede algún mérito como forma de impuesto aceptado por una comunidad (que a su vez diferenciaba del Príncipe). Enuncia también el principio de que la mala moneda termina desalojando a la moneda buena (no adulterada) del mercado, anticipándose al enunciado de la "ley" de Gresham.
La afluencia de metales desde las colonias de América producen un movimiento ascendente en los precios de España a partir del siglo XVI. Los escolásticos de Salamanca fueron numerosos y entre 1500 y 1700 produjeron una serie importante de estudios con relevantes aportes económicos. Entre ellos se destacó Martin de Azpilcueta (1493-1586), llamado el Doctor Navarro, que trato problemas de cambios y enunció las bases de la teoría cuantitativa del dinero en estas palabras: "Toda mercancía de la que hay fuerte demanda y débil oferta se encarece”. El dinero en cuanto puede ser vendido, intercambiado o cambiado mediante una forma u otra de contrato, es también una mercancía, por lo que encarece cuando la demanda de él es grande y la oferta del mismo es pequeña".
Otros expositores de la Escuela de Salamanca fueron Luis de Molina (1535-1601) que enunció la ley de la oferta y la demanda; Domingo de Soto, Juan de Lugo, etc.

4- La literatura económica de los siglos XVI, XVII y XVIII
Durante estos siglos se edita una abundante literatura relacionada con temas económicos, de distinto origen, heterogénea en su calidad pero con el rasgo común de estar ligada con la discusión de problemas prácticos, que contribuyeron a la independencia posterior de la disciplina.
Su comienzo coincide con la disminución de la influencia del feudalismo y las noticias de los grandes descubrimientos geográficos que conducirán a un gran fluir de metales preciosos a las metrópolis. Asimismo la Reforma debilita el principio de autoridad internacional de la Iglesia Católica en Europa. La economía hasta entonces estuvo orientada a fortalecer al "príncipe" y a posibilitar el financiamiento de las frecuentes guerras y las expediciones al Nuevo Mundo. Todavía (nos recuerda Schumpetér) los países (salvo los Países Bajos) eran pobres, agrícolas (incluso el Reino Unido), las grandes ciudades aún eran pequeñas y el comercio más atrayente era el internacional alentado por políticas económicas pro-monopolistas.
Una corriente de literatura económica estaba orientada a alentar y servir de guía para los jóvenes para enseñarles cómo administrar las tesorerías públicas. En el siglo XVI los cameralistas destacados fueron el francés J. Bodin y los italianos D. Carafa y G. Botero; en el siglo XVII y XVIII también se destacaron alemanes y austriacos (por ejemplo Von Seckendorff y von Sonnefelds en Viena, franceses como el Marqués de Sully) y españoles como Martínez de Mata o italianos (Beccaria).  
Se crean en algunas universidades del centro europeo y en Italia (Halle 1727, Upsala 1740, Nápoles 1754. fundada por Genovesi, Milán 1768), cátedras para la enseñanza de la ciencia del Estado o "cameralismo"; en alemán se conocían como "camerae" y sus seguidores fueron luego conocidos como cameralistes.
Willian Petty (1623-1687), médico inglés, es un autor que realiza diversos aportes a los temas monetarios, impositivos y de comercio exterior. Su obra "Aritmética Política" ha sido muy destacada por el aporte metodológico y por el énfasis en la necesidad de cuantificar los hechos sociales para luego analizarlos. Algunos autores han considerado que el verdadero padre de la economía-política es Petty en vez de Adam Smith.
La preocupación por la administración privada también resultó fructífera desarrollándose activamente la llamada aritmética comercial, con el desarrollo de la partida doble eI cálculo comercial y las primeras normas de contabilidad con fray Lucca Paccioli (1494), el uso de libros de comercio y sobre técnicas agrícolas.
Finalmente la tercera corriente está constituida por los escritos de los proyectistas de todo tipo de obras públicas (canales, acueductos, edificios y jardines, palacios, etc.), los administradores de las compañías reales privilegiadas para la explotación de recursos o el comercio de las colonias y que se difundieron en Francia, Holanda y el Reino Unido desde los siglos XVII hasta bien entrado el siglo XIX, los prácticos que difundieron en el Reino Unido y Francia cientos de "Discourse of Trade" y de "Elements du Commerce", y periódicos comerciales.

5- Mercantilismo
A partir del siglo XVI la orientación de los estudios relaclonados con lo económico cambia de énfasis: en lugar de la preocupación por los problemas en que la justicia se veía afectada en las relaciones comerciales, la atención se desvía para considerar la organización económica del Estado y para buscar las causas de sus riquezas y su poder. El cambio ocurre, en parte, por la presencia de algunos importantes hechos nuevos:

-- Los descubrimientos geográficos ampliaron los mercados y las fuentes de abastecimiento de materias primas, aparecieron nuevos 'productos y llega a Europa una importante corriente de metales preciosos;
—Se desarrollaron diversos descubrimientos técnicos, el capital se acumuló más aceleradamente, se perfeccionaron las formas jurídicas de contratos relacionados, en particular, con el comercio internacional (la comandita, letras, de cambio);
—Se exaltó la bondad del esfuerzo individual y se consideró al éxito cómo señal de bendición divina y con ello se pretendió legitimar el lucro ilimitado; al mismo tiempo se consolidaron interpretaciones más benévolas para eludir la prohibición del interés en los préstamos; 
—Aparecieron los grandes Estados modernos y se consolidó el poder real con Luis XI en Francia, los Reyes Católicos y Carlos V en España y Enrique VIII en Inglaterra: ellos reemplazaron la Cristiandad unida del período anterior; y, finalmente,
—La ciencia y los temas económicos se convirtieron a partir del libro de Montchrétien (editado en 1615 y primero que incluye en su título las palabras "Economía Política") (1) en intentos de dar respuesta a la pregunta ¿Cómo enriquecer al Príncipe? lo cual favoreció el desarrollo del cameralismo.
La denominación de "mercantilismo" no fue, sin embargo, utilizada por los autores enrolados en esta orientación. Adam Smith hablará en "La Riqueza de las Naciones" de un sistema mercantil pero recién en la década de 1860 los escritores alemanes comienzan a utilizar el término de "merkantilismus" que luego es ampliamente difundido y aceptado.
Los principios que interesaron a los autores que se incluyen en esta corrientes son los siguientes:
—política enmarcada en rígidos términos nacionales;
—fuerte apoyo para el atesoramiento de metales preciosos;
—propuesta de meta para el comercio exterior con otras naciones para lograr un exceso de exportaciones frente a las importaciones;
—promoción directa de las exportaciones y limitaciones de las importaciones y promoción de la expansión de la población y de la ocupación; y
—coordinación de las políticas (externa y económica) para lograr objetivos, de riqueza y poder.
A lo largo de los siglos XVI a XVIII distintos problemas interesaron a los mercantilistas. Durante el siglo XVI se esboza la teoría cuantitativa del dinero; este análisis había sido iniciado por Martín


(1)Se considera además que en inglés su aparición se demoró hasta 1767 cuando ¡o utiliza James Stewart en sus "Principies of Political Economy"



de Azpilcueta (según hemos visto), el Doctor Navarro de la Universidad de Salamanca, y seguido por Serra, Mariana y Oresme. Ahora Bodin trata el problema que preocupa a varios países europeos: la abundancia de oro y plata y el aumento de los precios desde mediados del siglo XVI, acompañado por el desarrollo de monopolios, la adulteración de las aleaciones de las monedas y los efectos de ostentación y el lujo desordenados. Además de quienes se preocuparon por los temas monetarios otra corriente  conocida Como "bullionista", se interesó en destacar la conveniencia de atesorar metales preciosos por parte del Estado para mostrar su fuerza y su poder. Ésta corriente se opuso a la cuantitativa: de qué sirve atesorar metales si solamente producen inflación, preguntaban los cuantitativistas; luego disminuirían las exportaciones y se concluiría dando salida a los metales.
En el siglo siguiente {XVII) se afianza, no obstante, el buIlionismo: los metales conservaron su prestigio, su abundancia favorecía el crédito y se aceleraba la producción interna. El bulllonismo termina así por ser una teoría de la producción (expuesta como tal por el mencionado Montenrétten en 1615): la riqueza es la masa de bienes de consumo que se haya producido. También se plantea la pregunta ¿cuál es la actividad más productiva? Para Sully lo es la agricultura, para otros el comercio y la industria. Finalmente los monopolios gremiales y los privilegios reales son recomendados cómo instrumentos para lograr el desarrollo.                             
Una consecuencia lógica de estas orientaciones se reflejó en el criterio sostenido respecto del comercio exterior. Las exportaciones eran consideradas la base de la prosperidad de las naciones y siguiendo a Bodin se aceptan estos principios fomento de las marinas nacionales, monopolio para el comercio con las colonias, creación de compañías con privilegios reales para la explotación de recursos y para la navegación, control de calidad para los productos, estímulo de los inventos, prohibiciones especiales para la actividad y el comercio por los extranjeros, fuertes tarifas a la Importación. Estas decisiones debían reflejarse en los resultados de la balanza de pagos, evitando la salida de metales. Nótese que estas opiniones no consideran en ningún momento la repercusión en los consumidores.
En el siglo XVlll Thomas Mun y J. Child, ambos ingleses, se distinguieron en el estudio del comercio internacional. Pero comienza a propugnarse una intervención del Estado menos severa; simultáneamente pierden importancia los gremios y sus  rígidas reglamentaciones, y las manufacturas reales. Los estudios de los temas económicos son más analíticos (por ejemplo el trabajo de CantilIón sobre el comercio internacional); otra característica común fue el criterio de mantener los salarios bajos pues algunos mercantilistas estimaban que la distribución desigual de la riqueza y el sufrimiento eran terapéuticos, la pobreza útil y el trabajo de los niños conveniente pues evitaba la haraganería.                      
A partir de 1750 se alza una fuerte crítica contra los principios mercantilistas. La crítica se origina en diversos sectores: exponentes del individualismo se basaron en argumentos éticos, la defensa de la libertad (Adam Smith, Turgot, los fisiócratas) y en razones económicas pues comienza a proclamarse que el comercio libre, con iniciativa, individual y libre de reglamentaciones era más provechoso para las personas y la comunidad. En el área del comercio exterior la ausencia de interferencias del Estado permitiría la operación de los mecanismos equilibrantes en forma automática en caso de problemas.
6 - Fisiocracia
Algunos autores consideran a esta escuela como la primera del periodo clásico. Se desarrolló especialmente en Francia durante la segunda mitad del siglo XVIII y algunas de sus proposiciones tuvieron una fuerte influencia en Adam Smith.
Los fisiócratas creían en un orden natural constituido por un conjunto de instituciones conformes con el deseo de la Providencia y que resultaba adecuado para el progreso de la sociedad. Pero debe tenerse presente que el orden natural de los fisiócratas era algo deseado como ideal pero que no fue analizado frente a la realidad. Para realizar el orden ideal era necesaria la propiedad que es distinguida en tres formas: 1. la propiedad personal, o sea el derecho de cada hombre a disponer de sus propias facultades, es decir a obrar con libertad; 2. la propiedad mobiliaria, o sea el derecho del hombre a los frutos de su trabajo y 3. la propiedad inmobiliaria o territorial. El orden natural debía favorecer a la agricultura, asegurar que este sector lograra una retribución suficiente con el más elevado precio posible. Por eso era necesaria la libertad del comercio exterior (de hecho de los granos), la supresión de las aduanas interiores, salarios más elevados y un tope máximo a la tasa de interés. Es fácil apreciar que estas posiciones eran opuestas a las del mercantilismo que había dominado hasta entonces. El apoyo del poder se lograba sosteniendo la soberanía ilimitada del rey, que debía concordar con el orden natural y adaptar a él su política.
La visión de los fisiócratas se basaba en la consideración de que la tierra era la única actividad capaz de lograr un resultado neto positivo. Las otras actividades eran "estériles" sin que ello implique que sé las considerara inútiles. Por tal razón la actividad  agraria era la única que debía pagar impuestos y, preferen­temente, éste debía ser único. Conviene recordar que Francia mantenía aún una estructura social-política con fuertes rasgos feudales: aún la agricultura era el principal medio para la subsistencia y el ritmo de acumulación también era escaso.
Otro aporte importante de los fisiócratas fue de carácter metodológico. F. Quesnay presentó su "Tableau Economique" para mostrar el movimiento de los ingresos en una sociedad y el destino del producto neto. Este esquema mostró claramente la interdependencia de los flujos de ingresos. El "Tableau" se publicó en 1758 y sin duda refleja la influencia de la medicina {Quesnay era médico del rey y de la Corte) al destacar el hecho de la circulación entre partes de un todo.
Para Quesnay hay tres clases y sectores: la clase productiva integrada por aquellos que trabajan la tierra; la clase estéril, que incluye a los dedicados a la industria, el comercio, sea en forma independiente o en relación de dependencia; y la clase soberana, constituida por la nobleza, los terratenientes, etc. Las actividades de estas clases generaban una serie de flujo de ingresos que operaban de esta manera:


Este esquema es parecido al esquema en zigzag de Quesnay. La única actividad productiva supongamos da un ingreso de 5; estos 5 son utilizados en la siguiente forma: 2 para su propio mantenimiento y para los gastos de cultivo del proceso siguiente y 1 para pagos a la clase estéril por vestimentas, alojamiento, equipos, etc. La clase estéril por su parte recibe un ingreso de 2 (uno de cada una de las otras dos clases) que utiliza 1 para adquirir artículos de consumo a la clase productora y otro para sus vestidos, equipos, etc. Finalmente la ciase soberana recibe 2 de la clase productora por impuestos y renta y los utiliza uno para pagos por artículos de consumo y otro a la clase estéril por vestimentas, etc.
El "Tableau" de Quesnay es considerado un elemento precursor de la matriz de insumo-producto de Leontieff y es útil por las posibilidades que abre para mostrar tas interrelaciones entre sectores; en el tiempo puede mostrar el crecimiento de la economía.
Concluyamos recordando que los fisiócratas utilizaron como lema de propaganda de sus pensamientos la expresión "laissez faire, laissez passer, n'est pas trop de gouverner", que luego se convertiría en bandera del liberalismo más extremo y tradicional. La influencia de los fisiócratas decae rápidamente después de 1770 por una combinación de hechos políticos e intelectuales. Las posiciones fisiocráticas fueron combatidas por diversos grupos interesados: financieros, industriales, terratenientes, poseedores de privilegios y otros que suponían que los alimentos iban a sufrir aumentos de precios. La remoción de Quesnay de su posición y la edición del libro de Smith, ambas en 1776, condujeron a la suspensión de las reformas y la pérdida de prestigio de estas enseñanzas que se difundieron, en cierto grado, por Baviera, Austria, Polonia, Suecia y Toscana.



























Capítulo ll
El período clásico (1776-1870)


  1. El mundo del período
A partir de 1.750 y hasta finés del siglo XVIII se suceden grandes cambios sociopolíticos, tecnológicos y económicos, especialmente en Europa occidental. En el campo tecnológico-económico se ubica la llamada Revolución Industrial que se caracteriza, en general, por cuatro tipos de innovaciones fundamentales: 1. sustitución de trabajo y destreza humanos por maquinarias; 2. sustitución de fuerza animal por energía inanimada (hidráulica y vapor); 3. uso de nuevos materiales y descubrimientos de nuevas formas de transformar materias primas y materiales; y 4. concentración y supervisión de la producción bajo un sólo techo; es decir difusión del establecimiento industrial conocido como fábrica. En e! campo político se deben mencionar la Revolución Francesa (1789) y la Revolución Americana (1776) con dos sentidos diferentes: en el primer caso contra el régimen social y la monarquía, en el segundo para lograr la independencia de la metrópoli inglesa; en ambos casos sus repercusiones fueron muy significativas. En el área de comercio internacional debe destacarse la expansión del llamado comercio imperial y el surgimiento del Reino Unido como potencia mundial indiscutida.
Entre 1770 y i775 sé publica una buena cantidad de libros sobre economía política y se enciende la polémica entre fisiócratas y mercantilistas. El Movimiento de la ilustración abogaba porque los intelectuales y los filósofos crearan las condiciones necesarias para sistematizar los conocimientos de la época en materia de política y de moral. Es en ese momento en que Adam Smith publica su libro que, de hecho, es algo así como la partida de nacimiento de la ciencia económica moderna.

2. Adam Smith
(Escocés, 1723-1790) ingresó en la Universidad de Glasgow y a los 14 años ganó una beca para estudiar en Oxford donde se mantuvo hasta 1746. Luego enseñó Lógica y Filosofía Moral en Edinburgo y Glasgow; recorrió Francia como tutor de un duque que luego fue su mecenas. Smith enseñaba filosofía moral en tiempos en que esta materia comprendía como grandes. ramas filosofía política, ética, ciencia política y jurisprudencia. Existen apuntes de sus clases y por ello  se  sabe  que las dictadas con posterioridad a

(V Algunos autores (E. James, por ejemplo) hablan de varias escuelas c/ás/cas; la primera serla la fisiocracia, más una rama inglesa (con A. Smith, O. -Ricardo y Th. Malthus) y una rama francesa (J. B. Say y F. Bastíat).



1760 contenían mucho material sobre economía. Nos interesa preguntarnos qué influencias se reflejan en Adam Smith; ciertamente no son pocas:
1. La fe en el orden natural, es decir en la creencia de un orden natural que todo, lo soluciona. Por eso en el juego del mercado Adam Smith confía en la llamada "mano invisible" que compensa los excesos y en la solidaridad espontánea de todos los hombres.
2. La fisiocracia: Smith conoció sus expositores y sus escritos (especialmente Quesnay y Mércier de la Riviere); sin embargo, era crítico de la fisiocracia en general.
3. El pensamiento inglés precedente: especialmente en aquellos aspectos que se opusieron al mercantilismo y al proteccionismo y los puntos de vista de Petty, Stuart y el francés Cantillón.
4. La preocupación ética sobre el valor de las cosas, el intercambio y la propiedad que se origina en el pensamiento medieval escolástico.
5. La preocupación por la administración de la cosa pública y los problemas del financiamiento del Estado se originan en los escritores cameralistas y se reflejan, además, hasta en el mismo titulo de su obra principal acerca de cómo enriquecer al Estado (mercantilismo) dada la condición previa de la riqueza de sus ciudadanos..
En 1776 Adam Smith publica su "Investigación acerca de la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones" que desarrolla en 5 grandes partes: en la primera se encuentra el esbozo de una teoría de la producción, el valor y la distribución, concentrándose en la división del trabajo y el proceso de formación de los precios; se trata de temas de microeconomía. Luego considera las condiciones y consecuencias del progreso económico, tratando el proceso de acumulación y formación del capital; el ahorro y la Inversión; se trata, como se ve, de temas de macroeconomía. En tercer lugar estudia la historia económica a través de la evolución del comercio en general. La cuarta parte está dedicada a temas de política económica donde presenta sus críticas a los sistemas fisiocráticos y mercantil (mercantilismo) y en cambio destaca las ventajas del comercio libre (free trade). En la parte final trata las finanzas del Estado, especialmente el gasto público, los ingresos impositivos y el papel de las aduanas.
En el libro de Smith es manifiesto que su base filosófica es la creencia en la bondad del orden natural y su preferencia por la  eliminación de las limitaciones y trabas. El sistema económico  debía acercarse al orden natural, pero el "gran arquitecto" necesitaba participación de los hombres a través de la política económica que allanaría el camino y no podía confiarse en los







gobiernos (según el ineficientes), ni en los patrones u obreros (siempre en conflicto), ni en comerciantes, industriales o terratenientes (también con intereses en pugna). No debe olvidarse que otro libro de Smith ("La teoría de los Sentimientos Morales , editado en 1759) se ocupaba de la conducta humana que decía era movida por el amor de sí mismo, la simpatía, el deseo de ser libre, el sentido de la propiedad, el hábito de trabajo y la tendencia al cambio de las cosas. El hombre en libertad, así, busca su provecho y el bien común y siempre es guiado por "la mano invisible". En cuanto al Estado reduce sus deberes a tres: defensa, justicia, sostenimiento de obras y servicios no rentables. En suma, deseaba se aplicara al naturalismo a la política económica, y allí desarrolla su gran crítica al mercantilismo y sus instrumentos (las llamadas subvenciones al sistema colonial).
El libro y el mensaje de Smlth llegan en el momento oportuno: el mundo inglés y europeo deseaba oír precisamente eso. (2) El empresario industrial que surgía con la Revolución Industrial necesitaba estos argumentos para que desaparecieran los antiguos recelos sociales contra el comercio y se estableciera claramente que el comercio era una actividad digna y no pecaminosa ni estéril y que la intervención del Estado (o del Rey) no era necesaria ni creaba mejores condiciones. El pensamiento de Smith es una alabanza a la libertad económica: el orden, la prosperidad se imponen por sí mismas en condiciones de competencia y siempre que no existan coacciones o intervenciones. Además ante los desequilibrios, los precios reaccionan; si hay exceso de oferta los precios bajan y ello resta estímulos a la producción y viceversa. Como el equilibrio se realiza por sí, el orden natural resultante de la acción de "la mano Invisible" es justo y, por lo tanto, son perjudiciales la intervención (es decir la alteración de esas condiciones naturales) de los gremios, del Estado y de los monopolistas.
El contenido económico más técnico se centra en la teoría del valor y en la teoría del capital que expone Smith. Primero estableció una jerarquía entre distintas tareas (jueces, militares, abogados, literatos, obreros, etc) para concluir con que el trabajo es la fuente del valor con la ventaja de que su valor unitario no varia con el tiempo. La medida real de un bien comerciable es, entonces, la cantidad de trabajo requerida por los bienes (así se mide el ingreso real, y se distingue la pobreza o la riqueza). El precio real de cada mercadería se puede desagregar en componentes que premian a cada factor de la producción en forma de salarios, beneficios y renta y cuya suma es la definición formal

(2) Ya en 1800 se hablan publicado 9 ediciones inglesas y otras en los Estados Unidos, Irlanda y Suiza; luego hasta 1810 habla sido traducido a 7 Idiomas,
de precio según Smith. Este se oponía a los que encontraban el valoren los metales, el trigo, etc., según doctrinas de siglos anteriores.
Smith distingue luego entre valor de uso (la utilidad de un bien respecto a otro) y valor de cambio (capacidad de un bien para ser cambiado por otro). Enuncia luego la famosa paradoja del valor mostrando cómo pueden diferenciarse ambas clases de valor: un diamante casi no tiene valor de uso pero tiene un gran valor de cambio y, en cambio, el agua tiene un gran valor de uso y escaso valor de cambio. El problema principal es determinar el valor de cambio lo cual se realiza, dice Smith, en los mercados donde el trabajo determina el valor de cambio y el precio.
En "La Riqueza de las Naciones" existen elementos que conforman también el esquema de una teoría de la distribución de los ingresos. Smith presenta tres categorías de ingresos: el salario del trabajo, los beneficios del capital y las rentas del terrateniente. Para él existe un nivel mínimo debajo del cual el salario no puede descender ya que es el nivel de subsistencia, pero tampoco puede exceder el mínimo por mucho tiempo. En otras partes de su libro (Capítulo X) Smith presenta graves acusaciones contra los titulares del beneficio (los empresarios) porque tienden a actuar en forma monopolística y contra los terratenientes por desear cosechar donde no han sembrado; muestra simpatías, en cambio, por los asalariados a quienes considera explotados por los restantes factores.
En la teoría del capital, en cambio, encuentra dificultad en cómo justificar el origen de los ingresos de los que no trabajan: cree, entonces, del mismo modo que los fisiócratas que una parte va a los propietarios de la tierra como valor adicional (el producto neto de Ouesnay y del cual Marx derivaría su concepto de plusvalía).
Nótese que Smith con estos desarrollos pone los mojones al campo de la economía: producción y division del trabajo, valor, distribución e implanta una tradición utilitaria pero también se ocupa del antagonismo en la sociedad. No obstante esto queda olvidado porque su tema principal era liberar el comercio y no lo preocupaba (como le ocurrirá luego a Ricardo) el trabajo y los alimentos baratos (germen de diferencia entre las escuelas que buscan la armonía de los intereses y las que destacan el antagonismo, la explotación y los medios violentos de solución).
Adam Smith vio claramente las ventajas que la población logra con la división del trabajo y con el comercio interno, y, además, señaló la conveniencia que el comercio internacional fuera libre sobre todo teniendo en cuenta las condiciones de desarrollo económico del Reino Unido a fines del siglo XVIII.

Había producido con un sistema ordenado de teorías, un marco analítico dentro del cual durante muchos años se discutirían problemas y políticas, y un grupo de conceptos y técnicas de análisis. Según T. Kühn la ciencia económica lograba "formular  su primer paradigma.                                                 »
            3-Economistas ingleses y franceses
posteriores a Smith
No obstante, la prosperidad del Imperio inglés en crecimiento y que se atribuyera la misma al régimen de mayor libertad económica, algunos escritores fueron más pesimistas que Smith y entre ellos varios expusieron ideas Importantes: Malthus y Ricardo entre los ingleses y Say y Bastiat entre los franceses. El periodo culminará a mediados de siglo con la obra de Mill.
Thomas R. Malthus (1766-1834) publicó en 1798 y reeditó con posterioridad su estudio sobre "El principio de la población" inculpando los males de la miseria a la desproporción que se creaba en las naciones, pues la población tendía a crecer según una proporción geométrica (1, 2, 4, 8, 16 . . .) en tanto que los medios de subsistencia o alimentos solamente crecían como una proporción aritmética (1, 2, 3, 4, 5 . . .) Si tal obstáculo no es superado por guerras, epidemias o hambrunas la única vuelta posible al equilibrio será por el camino de la miseria o por la restricción moral del matrimonio tardío o la continencia. También Malthus publicó en 1820 su "Principios de Economía Política" donde analiza los períodos de decrecimiento económico que luego se conocerían con el nombre de crisis y como causas de ellas señaló el exceso de ahorro y la insuficiencia en el consumo.
David Ricardo (1772-1823) comienza sus escritos económicos con una preocupación por los temas monetarios, el dinero, el crédito. Debemos tener presente que Ricardo fue durante 35 años funcionario de la East India Co. y también miembro del Parlamento británico. Como dice Phyllis Deane, Ricardo "mostró por primera vez cómo un simple modelo analítico de la economía, operando con muy pocas variables estratégicas, definidas con precisión, y fácilmente comprensibles, podría utilizarse para analizar procesos económicos complejos y para justificar prescripciones de políticas claras" (3)
En 1817 publicó también sus "Principios de Economía Política y Tributación". Presenta una teoría del valor basada en que el aprecio de los bienes está en relación con su escasez y con la cantidad de trabajo que requiere su producción; el capital para Ricardo consiste en la acumulación del trabajo anterior. También

(3) Phyllis Deane. op. cit. pág. 79.


distinguió entre el precio natural (determinado por el trabajo) y el precio corriente (determinado por la oferta y la demanda). Pero en Ricardo la parte más original es la referente a la distribución de los ingresos (rentas en general) y cómo, en cada momento, se fija el nivel de cada uno: la renta sube por la incorporación a la producción de tierras anteriormente lejanas e improductivas; el salario nominal tendía a subir muy levemente pero el salario real permanecerá en el nivel de subsistencia o se alejará por poco tiempo de él;  el beneficio por su parte tiende a disminuir. Indudablemente que estas reflexiones ricardianas se basaban en la situación de la industria inglesa durante las guerras napoleónicas y al terminar las mismas. La teoría ricardiana de los ingresos, de notas pesimistas, no resultó satisfactoria durante mucho tiempo. Sólo lograría subsistir la renta de la tierra pero reinterpretando el concepto en el sentido de renta "no ganada" es decir diferencias logradas en razón de las coyunturas sociales que favorecían a determinados sectores de la economía. En cuanto a su aporte a la teoría del comercio internacional se destaca la explicación de las razones que permiten la existencia misma de ese comercio; para ello formula su -ley de costos comparativos que admite el intercambio sólo cuando las ventajas de uno de los países respecto del otro varía según las mercaderías. En resumen Ricardo siguió los pasos de Smith al perfeccionar la teoría del valor basada en el costo de la producción; pero su desarrollo si bien se basó en supuestos simples (un solo factor) tuvo más vigor y coherencia que   el esquema de Smith.
Debe tenerse presente que el período que corre entre la aparición del libro de Smith y mediados del siglo XlX cuando se cierra el período clásico, se caracteriza en lo académico  por la penetración de la economía política como disciplina en las universidades  escocesas,   Oxford  y   Londres (4) fenómeno acompañado por la gran tarea de difusión de los empresarios presentando permanentemente peticiones al parlamento propugnando  las  ventajas  del  comercio  libre  y  construyendo  la

(4) Un discípulo de Smith, Dugald Stewart enseñó un denominado curso de economía política en Edimburgo entre 1799 y 1800. Malthus enseñaba economía política a los cadetes de la compañía con privilegios reales Easf India Co. En 1825 se creó la cátedra de Economía en la Univérsidad de Oxford quedando a cargo de Nassau Senior (1790-1864),  que ocupó dos quinquenios a partir de 1825 y 1847. La cátedra de la nueva London University se encargó en 1827 a J. McCulioch, discípulo de Stewart. En Francia Say es designado en 1831 profesor de Economía del College de france. Además debe mencionarse la influencia del "Polítical Economy Club" que con 30 miembros comienza a funcionar en 1821 en Londres, mostrando como la economía política había dejado de ser un asunto exclusivamente académico. Para todos ellos Smith era el punto de partida.



mentalidad que sería conocida como liberalismo económico (5). En 1815 Gran Bretaña era el mayor poder militar y económico del mundo y era la avanzada del desarrollo tecnológico. Esta circunstancia explica que la prédica del libre comercio por los economistas de la época fue, en el fondo, la racionalización de la defensa de los intereses coincidentes de las clases comerciales e industriales del Reino Unido. De allí surge la "anglicidad" de la ciencia económica en sus comienzos.
En Francia Jean B. Say (1767-1832), comerciante, introduce la conocida distinción de los factores de producción (tierra, trabajo y capital) con sus respectivos ingresos y enuncia la conocida "Ley de Say" que dice que la suma de los valores de todas las mercaderías producidas tiene que ser equivalente a la suma de todos los valores de las mercaderías compradas y de allí la simplificación de que la oferta crea su propia demanda.
Frédéric Bastiat (1801-1850) en los últimos 5 años de su vida hizo una muy activa difusión del liberalismo económico y contra toda forma de intervención gubernamental y de proteccionismo. Presenta una teoría donde el valor depende, en última instancia, del trabajo que se evita una persona cuando adquiere una mercadería, es decir, del servicio que recibe. Bastiat escribía en forma de parábolas, sátiras y sofismas, y como ejemplo de este arte (en el cual sobresalió) se recuerda la "Petición de los fabricantes de velas contra la competencia del sol", en la cual se solicita al Parlamento la prohibición de la construcción de ventanas porque a través de ellas el sol hace una competencia desleal. En esta forma Bastiat ridiculizaba los argumentos proteccionistas y protegía los intereses del capital privado.
A mediados del siglo XIX la economía política parecía más conocida por sus implicaciones políticas que por sus libros científicos (ya mencionamos el caso del "laissez-faire" y del "free-trade"). Poco después del triunfo en 1846 con la derogación de las leyes de cereales sus principios eran ya sabiduría convencional entre empresarios y políticos y la economía como ciencia parecía haber sido desarrollada para presentar una justificación del capitalismo industrial que había traído, sin duda, un progreso acelerado como saldo.
Es entonces que aparece en Londres el libro de John Stuart Mill (1806-1873) ''Principies of Political Economy" (1848) que  distingue algunos elementos de las leyes de producción ligadas a  la   verdad    física   de   las   leyes   de   distribución  que  incluyen          
(5) Los escritores alemanes difundieron la denominación de "escuela de Manchester" a los defensores del "laissez-faire"; luego se extendió a Cobden y Ricardo con su Liga pro "free-trade" en el comercio de cereales fundada también en Manchester en 1838 y que tuvo su auge en la década siguiente.
problemas de voluntad humana y de tipo institucional. En ellas la costum­bre pesa tanto como la competencia. Para Mili se ¡lega así a un estado estacionario en el cual interesa más la calidad de vida que la lucha económica.
El libro de Mill fue el texto de enseñanza que reinó hasta que se edita el de Marshall en 1890. Mill abandona en parle la postura liberal de los anteriores escritores clásicos pero defendió la agremiación y en otros aspectos demostró una inclinación fabiana.
Luego del libro de Mill, las condiciones europeas en lo económico y en lo industrial marcan el asentamiento de los poderes imperiales; los embates sociales provocan asimismo, fuertes ataques a la economía como ciencia desde distintos puntos de vista. La renovación interna llegará por vía de los marginalistas que llevarán la disciplina a un terreno más neutral.

4 - ideas y aportes de los clásicos
Las ideas y aportes fundamentales de los economistas clásicos (6) pueden resumirse así:
1.  Para los clásicos existe una estructura social integrada por trabajadores, capitalistas y terratenientes que sustituyó el agrupamiento utilizado por los fisiócratas de campesinos, artesanos y terratenientes. Smith se refirió a la "renta" de. tres "órdenes" profesionales diferentes: renta de la tierra, salario del trabajo y beneficio del capital. Para Ricardo precisamente el problema de la economía política era determinar las leyes que regulaban la distribución del ingreso.
2.  El agente fundamental de la producción es el trabajo y solamente él es el que crea riquezas; el costo de la producción es medido en términos del tiempo de trabajo utilizado, que se refleja en el valor de los bienes.
3.  El volumen de bienes y servicios que excede las necesidades de los trabajadores (el mínimo de subsistencia de Ricardo) conforma un surplus.
4. Si bien los clásicos (Smith, Ricardo y Mill) hablan del camino de la economía a una situación estacionaria, es claro que a esa meta se tiende a través de procesos diferentes con la guía de "la mano invisible", funcionando como un mecanismo que obedece a las leyes de la Naturaleza.
Solamente Ricardo profundizó el tema de la distribución de los ingresos entre los grupos sociales pero tenía una visión pesimista acerca de la posibilidad del crecimiento.
         5.  La división del trabajo es para Smith la base del adelanto

(6) La primera explicación del término clásico se debe a Marx que la utilizó para referirse a Ricardo, Mili y sus predecesores.
tecnológico y de ella depende la extensión de los mercados y los mercantilistas eran, en consecuencia, criticables precisamente porque sus propuestas tendían a restringir el tamaño del mercado. La división del trabajo se ve facilitada por la tarea en la fábrica (Smith se preocupa de las tareas diferentes «que son necesarias para producir un alfiler) y este tipo de organización demuestra la ventaja del sistema fabril.
       7. Los bienes fueron divididos por Ricardo en dos grupos: mercaderías producidas y mercaderías escasas; en ambos casos los bienes derivaban su valor de cambio de dos fuentes: escasez y cantidad de trabajo necesario para producirlas.
8.  Los clásicos consiguieron un campo propio para la economía y lograron desligarla de la filosofía moral, no porque pensaran prescindir de ella sino porque el campo de la temática económica era amplísima y la necesidad de profundizar en sus varios aspectos excedía la capacidad humana.
9.  El método abstracto-deductivo fue el preferido por los clásicos; la posibilidad de progreso, a través de ese camino fue la causa de la polémica con los historicistas apoyados en lo inductivo y en sentimientos nacionales.
10. Los problemas de la macroeconomía no ocuparon la atención de los clásicos. Su enfoque puede decirse que es preferentemente un análisis desde la oferta y, a veces, centrado en la formulación de los hoy conceptos básicos de la disciplina.
11. En cuanto sistema, dada la existencia de leyes naturales que gobernaban e! funcionamiento de la economía y la guía de la mano invisible, toda interferencia por el Estado o de los particulares era indeseable. Sobre este punto se apoya la doctrina del liberalismo económico.
Al promediar el Siglo XIX las economías europeas ofrecían un ambiguo panorama de progreso e innovaciones continuadas frente a la difusión de la miseria en algunos sectores de la población. Por otra parte, el crecimiento era quebrado periódicamente por crisis (paros, depresiones). En consecuencia parecía razonable que muchos se preguntaran si ese era el resultado del orden espontáneo del juego de las leyes naturales y de la"mano invisible". Más aún ¿sería posible permanecer neutral ante tantas injusticias? Así comenzó el ataque al capitalismo y a la escuela clásica que aparecía como el sostén intelectual por su pesimismo y por su pasividad, también se critican las mismas instituciones del liberalismo desde distintos ángulos: a) político, por el resurgir y la renovación del nacionalismo contra la tradición manchesteriana de corte universal; b) del comercio libre para la nación más adelantada, por el proteccionismo ejercido por las nuevas naciones industriales (Alemania y Estados Unidos); c) económico, las fallas del orden natural requerían la acción compensadora del intervencionismo. En cuanto a la ciencía económica en sí la reforma interna resultará posible por el aporte que realizarán los marginalistas y por las críticas crecientes provenientes del campo de las doctrinas y de las políticas económicas de distintas orientaciones (según veremos en el Capítulo V). Se produce así la decadencia y la ruptura de la unidad clásica sin perjuicio de que alguno de sus expositores (Ricardo, por ejemplo) sean reconocidos como propulsores por corrientes del pensamiento tan disímiles como el liberalismo, los neoclásicos y el socialista: marxista (7).

(7) Señalemos  que algunos autores  incluyen a los  historicistas   y  a  la economía de Marx como ramas de las escuelas clásicas.



































Capítulo III
Los neoclásicos (entre 1870 y 1930)

1.- El pensamiento renovador (1)
Durante el período neoclásico (cuya extensión generalmente se acepta extender entre 1870 con la aparición de los primeros marginalistas en tanto reconstructores de la ciencia económica, y la década de los años 30 con la edición del libro sobre la "Teoría General" de John M. Keynes), la ciencia económica se desarrolla vigorosamente. Desde el siglo XVI los adelantos en el conocimiento económico se habían logrado a partir de problemas prácticos y por necesidades políticas que excedían los límites geográficos del feudo y luego de la ciudad. Ya a partir del siglo XIX la economía había surgido como ciencia independiente, se había asentado con cátedras propias en los más importantes centros de estudios, nutría sus propias polémicas producía sus textos y también sus profesionales tornaban posesión de un campo específico. La investigación social a mediados del siglo XIX estaba orientada por la escuela historicista que reducía su tarea a la mera descripción de los hechos pero creó las condiciones para la famosa polémica metodológica entre ellos {franceses y alemanes) partidarios del método inductivo y de la observación directa de los hechos, y los clásicos, partidarios del método abstracto y de la deducción.
El auge del período neoclásico se ubica entre la Primera Guerra Mundial y mediados de la década de los años '30, al concluir la Gran Crisis. Es entonces que se logra nuevamente sistematizar   el   extraordinario   desarrollo   logrado   por  la teoría

(1) El periodo neoclásico suele presentarse siguiendo dos criterios diferentes. El primero destaca los centros universitarios donde se desarrolló el análisis marginal y los otros temas del periodo. En ese caso se distinguen las escuelas de Viena (también conocida como austríaca, de la utilidad marginal, psicológica) incluyendo a Menger, Böhm-Bawerk, von Wieser y, posteriormente, los "neomarginalistas" de la misma escuela (Mayer, von Haye k. Morgenstern); la escuela de Lausanne (matemática o del equilibrio general) con Courriot, Walras, y Pareto y la escuela de Cambridge (con Marshall, Pigou) también conocida como del equilibrio parcial, ecléctica inglesa). También se suele hablar de la escuela de Oslo (o sueca) representada especialmente por Wicksell, Lindahl y Myrdal, orientados al análisis del equilibrio monetario; y de una escuela americana (J. Clark). El segundo criterio es de carácter cronológico: precursores (Cournot, Gossen), primera generación de marginalistas (Menger, Jevons y Walras), segunda generación Von Wieser, Bohm Bawerk, Marshall, Pareto y la escuela de Cambridge); y modernos a partir de la década del 20. Señalemos además que otros autores acortan el período neoclásico en 1900 a partir del cual se extiende la economía moderna. Otros incluso hablan de un periodo de transición "más allá del neoclasicismo" con predominio de posiciones criticas (Cfr. E. James, op. cit: p.260)..






microeconómica, debido en especial a los aportes de los marginalistas en el área del valor de los precios y a otros neoclásicos dedicados al análisis monetario a la distribución de los ingresos y a la búsqueda de las condiciones del equilibrio económico. Las diferencias sustanciales entre los clásicos y neoclásicos residen en que los primeros parten del análisis del proceso de la producción y de las relaciones sociales propias de una sociedad estratificada, lo cual los convierte en sostenedores del sistema social vigente. La teoría clásica del valor se deriva de la interpretación del trabajo "incorporado" a los bienes. El centro del desarrollo teórico es la visión desdé el lado de la oferta: los costos de producción, en éste caso, son las variables que predominan en la determinación del precio. En cambio, con la nueva orientación neoclásica (específicamente marginalista) se pone el énfasis en la perspectiva de la demanda, es decir, en el consumidor y el consumo en general, que pasan a ser los temas centrales del desarrollo y de los estudios de la teoría económica. El énfasis se encuentra ahora en las unidades individuales, en el análisis del mismo proceso de toma de decisiones y en la utilidad cómo expresión del valor.
Además la escuela clásica, aún en sus vertientes más liberales, enfatizaba el papel activo de las clases sociales y los conflictos de intereses en momentos en que el clima político europeo estaba exacerbado por un creciente nacionalismo de las potencias europeas y al mismo tiempo erosionada la cohesión social por la doctrina marxista, las revueltas de la mitad de siglo, y por la Comuna de París de 1871. En esas circunstancias, los neoclásicos destacan el papel del individuo en la economía y relegan el tema de las clases sociales procurando presentarse como socialmente neutros. Así fueron bien recibidos por una sociedad que deseaba confiar en los resultados evidentes de la Revolución Industrial y deseaba alejarse de los conflictos.
El propósito de la ciencia económica, en opinión de Marshall, era construir una máquina para descubrir verdades concretas. Por tal razón los neoclásicos se "preocuparon por precisar las condiciones básicas (supuestos) en que se analizaban y eran válidas las hipótesis. Entre estas grandes simplificaciones de la realidad, el "homo oeconomicus" o los mercados dé competencia perfecta y de monopolio, se destacan como construcciones metodológicas de gran valor y el hecho de que tas mismas no se  encontraran: puras en la realidad no invalidaba su utilidad en la medida que no se olvidara que son instrumentos o tipos, ideales. (2) aptos, sin embargo, para conocer y explicar la realidad y también para enfrentar el tipo ideal con la realidad.
(2) El tipo ideal es un instrumento básico de lg metodología de las ciencias sociales,   perfeccionado   por   Max    Weber   y   se   refiere   a   la   construcción






Los economistas tratan con los hombres y sus problemas tal cual son y no con un hombre abstracto o 'económico', sino con uno de fibra y sangre. Tratan con un hombre en gran parte influido con motivaciones egoístas en su actividad comercial. . . preocupándose con aquellos aspectos de su vida en las cuales la acción o la motivación es tan regular que puede predecirse, y la estimación de esta fuerza puede verificarse por resultados y permite establecer su trabajo sobre bases científicas (3)

2 - Los precursores de! marginalismo
Si bien el año 1871 es el comienzo preciso del periodo neoclásico no pueden dejar de mencionarse por lo menos dos precursores: Antoine A. Cournot (francés, 1801-1877} y Heimann H. Gossen (alemán, 1811-1858),
Cournot se destaca por proponer el aparato básico para el estudio de la formación del precio y de la teoría de la firma que aún hoy es el núcleo de los textos introductorios; asimismo, a él se remonta el principio básico de la determinación del nivel de la producción en el cual el empresario maximiza su beneficio cuando el costo marginal iguala el ingreso marginal. Además, analizó diversos tipos de mercado especialmente los casos de monopolio, duopolio y competencia perfecta a los que Cournot aportó su formulación matemática. Sin embargo, estas no influirán mayormente hasta que Marshall las replantee y difunda a fines del siglo.
Gossen solamente se dedicó a estudiar temas económicos en los últimos 10 años de su vida y propuso una teoría sobre el comportamiento del consumidor que sería más tarde redescubierta por Jevons, Menger y Walras solamente después de haber editado sus propios estudios. En opinión de Jevons, Gossen es el verdadero iniciador de las teorías marginalistas. Gossen propuso tres principios básicos sobre el consumidor que pueden sintetizarse así: 1. El placer que se logra con el consumo de una cantidad adicional de un bien, disminuye hasta alcanzar la saciedad del consumidor, es decir que toda necesidad disminuye en intensidad a medida que se satisface; 2. Una vez que una persona ha gastado todo su ingreso, la misma habrá maximizado su placer o satisfacción total solamente cuando el placer logrado con la última unidad de cada bien  comprado,  sea  igual  en  todos

realizada con ciertos rasgos predominantes en una realidad cualquiera, conformando una concepción lógicamente precisa. El término tipo ideal así entendido no tiene ninguna connotación valorativa y su utilidad es enorme en estudios como los mencionados y en estudios comparativos. (3) Altred Marshall: Principies oí Economics (Macmillan, London, 8* edición, reimpresión 1977, pág.22

los casos; y 3. Un bien tiene un valor subjetivo y el valor subjetivo que se asigna a cada unidad adicional de un bien disminuye y llega a hacerse cero. Estos principios son la base de la explicación psicológica que brinda la escuela de Viena.      

3 --Los márginalistas
En pocos, años aparecen los importantes estudios de Jevons (1871), Menger (también en 1871) y Walras (1874). Así comienza el desarrollo de dos importantes corrientes del pensamiento económico conocidas como las escuelas de Viena y Lausanne.
El énfasis del análisis, como ya se señaló, se trasladó durante este período a considerar, la utilidad como base de las diferencias entre los precios relativos de las mercaderías; y esa utilidad es la característica que las hace deseables por los consumidores y la razón por la cual, desean comprarlas y luego consumirlas. Además el concepto de utilidad marginal gobierna el precio. La abundancia de un bien en un lugar (agua, por ejemplo) hace que su utilidad marginal sea baja; si escasea (como ocurre con un diamante) su utilidad marginal será elevada. Pero la utilidad, no obstante las preocupaciones de esa época, no alcanzó a ser cuantificada. Más aún Pareto negó que ello fuera posible y que las utilidades de diversas personas pudieran ser agregadas.
a. La primera generación:
William S. Jevons (1836-1882) se preocupó por enlazar la teoría con la investigación estadística y por destacar las ventajas del método abstracto matemático. Jevons señaló que un bien se cambia por otro cuando la relación de los precios de las dos mercaderías comerciadas se iguala con la relación de sus respectivas utilidades marginales; es decir que el valor depende de la utilidad del bien.
Carl Menger (1840-1921) es otro economista que en plena juventud adelantó en 1871 la nueva teoría del valor fundándola en la utilidad. El aporte de Menger se considera de un mérito tal como para que estime revolucionario en cuanto al progreso que significó para la teoría económica. La revolución mengeriana consistió en señalar a la persona y a su conducta (el comportamiento del consumidor) como él punto de partida de la teoría y del análisis económico; asimismo el intercambio tiene lugar en razón de la diversidad de las valoraciones subjetivas respecto de un bien determinado. El análisis margina! a partir de esta interpretación de las personas se encamina rápidamente y se construyen otros modelos aplicables a empresarios, al Estado, etc. demostrando su enorme fuerza explicativa.


Marte E. León Walras (1851-1926) integra el terceto de los primeros marginalistas. Propuso una explicación de la utilidad marginal y construyó un modelo matemático de equilibrio general con un sistema de ecuaciones simultáneas para demostrar que todos los precios y cantidades del sistema podían, quedar determinados unívocamente.
b. La segunda generación de marginalistas se integra con Friedrich von Wieser (1 851-1926); sucesor de Menger en la cátedra de Economía Política de la Universidad de Viena y con Eugene Bohm Bawerk,(1851 -1914) que luego «sucede a von Wieser en la misma cátedra.
Von Wieser desarrolló una ley de costos que junto con antecedentes más lejanos de los escolásticos (el lucro cesante) se reconocen como bases del concepto de costo de oportunidad. Von Wieser también presentó el principio de que los factores de producción se distribuirán en el caso de competencia de manera tal que, en equilibrio, el valor de sus productos marginales se igualará.
Bohm-Bawerk orienta sus estudios hacia la teoría de! capital y el interés, discutiendo las proporciones que adquirirían; se destacó por ofrecer la conveniencia de edificar la teoría de la utilidad sobre bases ordinales y no cardinales para lo cual aceptó el concepto de curvas de indiferencia propuesto por Edgeworth, que luego pasó a ser el fundamento de la teoría del bienestar. El análisis marginal (cardinal al principio, ordinal luego) aportó la fecundidad del examen de las consecuencias económicas que despiertan los pequeños incrementos en las cantidades de una variable. Ya en la década del 80 esta modalidad propuesta por Jevons se había adueñado del análisis económico en Viena y en Lausanne. Esto permitió la utilización del cálculo diferencial, la derivación de la curva marginal a partir de una función total, la explicación de la curva de demanda y dar los pasos iniciales en la metodología del costo-beneficio como método para la decisión entre inversiones alternativas.
Hasta este momento el análisis marginal amplía y fortalece la teoría microeconómica. La economía (aún economía política hasta 1890) logra una posición firme como disciplina y su fecundidad teórica la distingue entre las otras ciencias sociales.
c. Los economistas ingleses que suelen incluirse entre, los neoclásicos son Jévons, Marshall y Pigou (que forman la escuela de Cambridge), y Edgeworth en Oxford. Hemos ya considerado el papel de Jevons; ahora nos referiremos especialmente al caso de Marshall.
Alfred Marshall (1842-1924) se graduó inicialmente: en matemática y también enseño ciencias morales en Cambridge en los años iniciales de su carrera académica. Su primer cátedra de Economía la logró en Bristol; luego pasó a Cambridge en 1885, posición que retuvo hasta 1908. Marshall hizo de Cambridge el centro de enseñanza de la economía en el mundo anglosajón e inició en la disciplina a economistas tan famosos como Pigou (que le sucede en la cátedra), Keynes y otros. Su obra más conocida son los "Principies" cuya primera edición data de 1890 y que tiene el privilegio de ser el primer libro de la disciplina que abandona la denominación de economía política (que a su vez databa del libro de Monthcretien de 1616) por la más simple de economía.  
Si bien Marshall fue el primero en utilizar la palabra "economía" en un título se considera que fue W.S. Jevons el que abandona la antigua forma "economía política" por la de "economía", la utiliza en él texto de la segunda edición de su 'Theory of Political Economy" publicada en 1879.
Marshall fortalece la gran tradición de la escuela clásica inglesa de Smith y Ricardo, que influyen en su formación, así como von Thunen, Cournot y Jevons y la matemática de Walras. Difunde el empleo de las representaciones geométricas de los razonamientos económicos que había comenzado a utilizar Cournot; y creó "Los conceptos de sustitución, coeficiente de elasticidad, excedente de! consumidor, cuasirenta, economías externas e internas, empresa representativa, costos primarios y suplementarios; corto y largo plazo. . . todos ellos son viejos amigos nuestros y han llegado a ser elementos tan familiares en nuestro arsenal analítico que difícilmente podemos comprender cuánto le debemos" (4), distingue entre los. análisis de equilibrio general y de equilibrio parcial, expresión esta última que utiliza para limitarse a áreas pequeñas de. la economía.
Fundamentalmente Marshall se había planteado la formación de los precios y de la distribución de los ingresos. En el primer caso distinguió procesos diferentes según el periodo que se considere (corto, largo, muy largo); en el segundo siguió a Jevons al diferenciar cuatro clases de ingresos y de factores de producción (tierra, trabajo, capital y espíritu de iniciativa), Su texto es aún un gran compañero de cualquier economista. (5). La demanda se basa en la utilidad marginal decreciente en tanto que la oferta se apoya en el costo de la producción, la iteración de los deseos del consumidor y del productor es la generadora del precio del mercado.

(4)  Joséph A. Schumpeter: Diez grandes economistas (Alianza Editorial, Madrid, 1971) pág. 144.
(5)Hemos  visto  anteriormente  que  los  mercantíiistas  fueron  los  defensores  del



Vilfredo F. Pareto (1848-1923), italiano pero nacido en París, ingeniero ferroviario, sucedió a L. Walras en la cátedra de Economía de la Universidad de Lausanne en 1892 y publicó dos tratados en 1896 y 1906. Reelaboró la teoría de la utilidad a partir del supuesto de la Ordinalidad y del comportamiento del consumidor con el uso de los conceptos de marginalidad y desarrolló las bases de la economía del bienestar a partir de un cri­terio de eficiencia hoy conocido como "criterio de Pareto".
ArthurC. Pigou (1877-1959) sucede a Marshall en la cátedra de Cambridge y la mantiene hasta su retiro en 1944. Sus estudios se orientan más hacia la teoría macroeconómica y a temas de teoría monetaria, empleo e ingreso nacionales, los conceptos de costos e ingresos privados, públicos y sociales y se lo considera el "padre" de la economía del bienestar.
Francis Y. Edgeworth (1845-1926), enseñó en la Universidad de Oxford (entre 1891 a 1922) realizando valiosos aportes en materias de métodos estadísticos y en la aplicación de curvas de Indiferencia y curvas contractuales.
Después de la segunda generación de ta escuela de Viena (von Wieser y Böhm-Bawerk) la difusión de sus orientaciones y métodos estaba asegurada. A partir de 1900 surgen muchos autores en Europa continental, Inglaterra y Estados Unidos que a veces son conocidos como "neomarginalistas" por ejemplo en Italia Pantaleoni y Einaudi, en Suecia Wicksell y Lindahl, en Estados Unidos Clark y Fisher, en Francia Aftalion, Pirou y Pérroux; en la misma Viena hasta 1930 Schumpeter, Mayer y von Mises. Walras no tuvo discípulo directo en Lausanne, pero si influyó en Italia especialmente con Vilfredo Pareto (1848-1923) que llega a enseñar en Lausanne, Irving Fisher (americano, 1867-1947), John Hicks (inglés, 1904 en actividad aún) y joseph Schumpeter (austríaco, 1883-1950).
4. Los aportes neoclásicos
En resumen: la tradición neoclásica se desarrolla vigorosamente desde 1870 hasta fines del siglo XIX y domina el panorama  teórico  de  las  primeras  décadas  del  siguiente.  Los  comerciante en el exterior (especialmente cuando se dedicaba a la exportación): los fisiócratas sostuvieron los intereses de los campesinos; los clásicos se acercan a los de los capitalistas que invertían sus beneficios para asegurar la expansión de la producción; Marx utiliza sus argumentos en defensa de los proletarios. Marshall reconcilia la teoría de los costos de producción (lado de la oferta) con la teoría de la utilidad (lado de la demanda) del consumidor de manera que los precios son determinados por ambas posiciones "tal como una hoja de papel se corta con ambas hojas de una tijera".


caracteres relevantes de esta corrientes pueden compendiarse en los siguientes puntos:
1. El énfasis del análisis se coloca en los agentes del proceso económico pues ellos son los que hacen y toman decisiones. Entonces, desde este punto de vista, como las decisiones básicas se refieren al producir y al consumir, los agentes o unidades económicas se dividen en productores y consumidores. En el enfoque neoclásico lo sustancial es elegir entre alternativas, de acuerdo a los deseos y las metas de los agentes y teniendo en cuenta las restricciones que conforman las situaciones. En este aspecto los neoclásicos se diferencian de  los autores clásicos y marxistas pues estos últimos estiman que las acciones de los agentes están determinadas socialmente y la importancia radica en las relaciones entre ellos y los medios de  producción.
2. Si los agentes económicos son consumidores y productores la relación entre ellos se expresa en términos de demanda y oferta de bienes y servicios, respectivamente.
3.  Las características anteriores conforman una teoría que explica los hechos económicos por la acción de agentes o unidades individuales, es decir es una teoría fundamentalmente microeconómíca, y, en particular, teoría del precio.
4.   Las acciones de los agentes se orientan por el deseo de maximización; los productores de su beneficio y los consumidores de su utilidad. Está apreciación está ligada al manejo persistente del análisis marginal; el productor maximiza su beneficio cuando logra igualar el precio con el costo marginal etc.
6. La escuela neoclásica no es, sin embargo, absolutamente homogénea, pues pueden distinguirse tres orientaciones: el grupo walrasiano de Lausanne destacando el tema del equilibrio general que hace uso del instrumental matemático en forma intensa pero descuida la explicación económica; el grupo del equilibrio parcial (escuela de Cambridge o marshallianos) que combina el marginalismo especulativo con el uso de pruebas empíricas; y el grupo austríaco (o de la escuela de Viena) más puramente marginalista.
6.  Los neoclásicos no debaten como los marxístas la dinámica de la sociedad sino que aceptan como supuestos la permanencia de las estructuras política, social y de distribución de los ingresos.
7. Confían en que es posible alcanzar, en el largo plazo, el equilibrio general y el pleno empleo. El enfoque neoclásico es una economía en equilibrio donde el precio se determina en los bienes y  los  factores  de  la  producción  por  valores  que  adquieren  las




variables cuando están en equilibrio. No obstante, este enfoque también fue compartido por otras escuelas (como la clásica y la keynesiana).
       5 – El periodo 1900 - 1930
Desde 1900 a 1930. Durante éstas décadas la corriente principal del pensamiento económico se preocupó especialmente de tres grandes temas: el equilibrio monetario; el análisis de las formas.de competencia moderna y el equilibrio y fluctuaciones económicos. Recordemos, además, que paralelamente se desarrollan nuevas versiones socialistas y el marxismo se asienta como doctrina oficial a raíz de la revolución rusa de 1917 (Ver Capítulo V).
Los economistas de esta época se preocuparon por indagar las razones por las cuales el equilibrio de la economía se veía perturbado en todos los países. Una de las causas exploradas fue la moneda. En esta área se destacaron K. Wicksell (sueco, 1851-1926) que procuró integrar la teoría monetaria en una teoría más amplia a través del análisis de los cambios en los precios, la tasa de interés, y las relaciones entre ahorro e inversión abriendo el camino en el conocimiento del comportamiento de estas variables. Esta linea de estudios fue fructíferamente seguida por algunos discípulos de Wicksell.(Dayidson, Myrdal,: LindahI, Lundberg y Ohlin).
Si bien los marginalistas eran conscientes de que el modelo de competencia perfecta con el cual trabajan era un modelo hipotético, pero, de gran utilidad analítica, por eso mismo procuraron conocer las consecuencias de otros tipos de mercados más frecuentes en la realidad económica tenían en la formación de los precios. En este tema se destacaron por sus aportes teóricos durante la década de los años 20 y 30, P. Sraffa, Joan Robinson (inglesa, 1903-vive) en el área de la competencia imperfecta, E. Chamberlin (1899-vlve) en competencia monopolística y H. voh Stackelberg en oligopolio.

Asimismo los economistas de esta generación enfrentaron los problemas de economías funcionando con momentos de gran escasez seguidos por otros con sobreproducción por lo cual desearon profundizar las razones de los movimientos y de las reacciones compensadoras y desestabilizadoras. Por este interés surgen los estudios sobre la aceleración de la demanda (Aftalion), el efecto ingreso y el efecto sustitución (Slutzky, Hicks, Allen) y sobre los principios de la teoría del bienestar (Pigou, Hobson, Arrow, Lerner, Boulding y Scitovsky).

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